martes, 5 de noviembre de 2013

Profesores del mundo





Volver a la escuela, es renacer, empezar a aprender, a caminar por los extraños caminos de otra lengua, otras músicas, nuevos compañeros con vidas diferentes en su haber.
Paso a paso, palabra por palabra, aprender en la madurez supone incorporar nuevas estructuras a los cimientos de las ideas que a su vez, necesitan ser apuntaladas y reforzadas.
Mexicanos, asiáticos, indios de rostro cetrino, mujeres caucásicas de piel azul, negros de sonrisa esplendorosa, compañeros de pupitre con quien compartir una tierra extraña y un lenguaje diferente. Todos con el común denominador de ser los primeros de su estirpe en otro país.
Lejos de la familia y de la propia infancia, buscando un nuevo hogar y trabajar duro para salir adelante, y cuando el sol se cansa de brillar sobre las espaldas, aún quedan fuerzas para volver a la escuela al anochecer y llevarse a la cama una nueva palabra con un sonido forzado por el acento que los años pusieron en las gargantas.
Los profesores se esfuerzan por conseguir resultados positivos, intentando comprender con paciencia infinita los diferentes sonidos del mundo. Su abnegación es encomiable. Nunca se verá recompensada por un sueldo,  su entrega a los problemas ajenos ni su atención a un alumnado adulto tan dispar, porque son conscientes de que necesitan, no solo aprender un nuevo idioma, sino también a sobrevivir en un medio distinto al que conocen, con nuevas reglas y nuevas necesidades.
La escuela de adultos es también un lugar de encuentro de las culturas y las costumbres de los pueblos y las etnias, donde los que van a aprender también tienen mucho que enseñar.

8 comentarios:

  1. Tan entregados los profesores como necesitados los alumnos.
    y pasado no mucho tiempo aquellas aulas se convierten en lugar de encuentro no solo de aprendizaje y enseñanza, comienzan los amigos, las confidencias, ricas risas... y la unión...
    Spaghetti, tu tienes aca tu propia aula, ¿lo sabías?

    Besos muchos de una alumna encantada de venir.... ♥♥♥

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  2. Aprender a cualquier edad, es algo especial, pero si bien esto es cierto, cuando se aprende en la edad madura, es algo mágico, algo así como un retorno o un retomar parte de otro tiempo y descubrirlo con algo más de experiencia y ¿por qué no? sabiduría de vida.
    Yo tengo una escuela maravillosa e inesperada en su momento, aquí en los blogs,donde cada día aprendo algo nuevo de vosotros, de ti, querido Sapaghetti.
    Besos.

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  3. Hola, Spa.

    Estoy con Marinel. Aprender no está limitado a hacerlo a una determinadad edad; cada día lo hacemos con los ojos, con el olfato, con una buena siesta... Siempre aprendiendo.

    Un beso grande, payasín.

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  4. Si hay sed de aprender siempre es buen momento para hacerlo. Cualquier sitio es lugar de aprendizaje si nos apropiamos de nuevos conocimientos y podemos aplicarlos en nuestra vida. Muy linda y reflexiva entrada. Saludos!

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  5. Cada vez más la escuela es eso, lugar de encuentro. Las élites las evitan, quizá teman contaminarse.

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  6. Aprender es genial, pero siempre se aprende más por alguna ilusión y con la persona que te produzca empatia. No se necesita nada más que las ganas y la ilusión sobre cualquier tema, la edad es lo menos por supuesto siempre aprendiendo.
    Un beso Marcelo.

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  7. Si que es un lugar de encuentro. Me recordaste cuando llegué a Suecia e hice el curso de idioma. Veníamos de diferentes países, claro que yo me trasladé a Estocolmo de joven por motivos familiares.

    Besos

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  8. En las escuelas de adultos, los maestros aprendemos muchísimo de los alumnos. Llevo más de veintidós años en ellas y no me canso de aprender.

    Gracias, Marcelo.

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