viernes, 5 de noviembre de 2010

El periódico





Tengo un ejemplar de un periódico en las manos. Un ejemplar único, ya se que se han publicado muchos mas en la misma tirada, pero este es el mío. El que nadie ha leído ni yo tampoco. He visto letras impresas unas mas grandes que otras y algunas fotos que ni siquiera he retenido en la memoria.
Siempre me ha sorprendido la infinidad de usos que pueden darse a un diario que nadie ha leído. Aún recuerdo las islas sobre el suelo mojado de la escalera que la encargada de la limpieza construía de forma geométrica para que los vecinos fuésemos saltando de hoja en hoja sin pisar el suelo aséptico. La cantidad de papel arrugado que hace de horma y seca los zapatos empapados por la nieve. Incluso mi padre cuando llegaba a casa en la "Vespa," en las duras tardes de invierno, se desprendía de una coraza de papel de periódico que le aislaba del frío y la humedad.
Como no decir que es el mejor lienzo para limpiar los cristales, para hacer sombreros de soldado o barcos insumergibles, para crear plantillas de dibujo o para encender la chimenea.
Estoy agradecido con este papel que huele a tinta vieja, y con el avión enloquecido en que se ha transformado. No se si esta en vías de extinción, con tanto soporte informático y publicaciones digitales, pero sería una pena privarnos de este recurso romántico que es el diario de papel.