jueves, 30 de octubre de 2014

El mundo ignorado



Cuando le tocó el turno a esta parte de la tierra, salió el sol. Se iluminaron las blancas sonrisas en los oscuros rostros de los habitantes, se alegraban de conocer un nuevo día y sus cuerpos alargados se dirigían en procesión hacia el agua.

La otra parte del mundo estaba en tinieblas. Cuerpos orondos de glotonería y sobrealimentados yacían en sus respectivos lechos.

El mundo ignorado seguía iluminado por el resplandor de mil soles fragmentados en las aguas doradas de la cascada. Los pies descalzos danzaban al son de una improvisada arpa, mientras ascendían por el sendero que regresa desde la mañana, hacia el rubio ocaso de la aldea.

En el otro lado, el alba se despereza. Los nichos vuelcan torpemente su contenido sobre las arterias resecas, que pronto se avivan de un frenético flujo y reflujo. El tiempo escasea y no hay manantial ni cascada donde broten horas nuevas.

En el crepúsculo sobre la aldea, cantaban los grillos y las cigarras repartían lo que tenían, que entre todos no era nada. Felices porque ignorados, ellos también ignoraban todo lo que en la otra parte del mundo sobraba.



lunes, 27 de octubre de 2014

DESPERTAR



Soñaba que un nuevo orden del universo se tendía junto a mi mientras dormía, que se abría una nueva esperanza sin grietas ni fisuras y brindaba con el vino de la libertad por el cambio producido. Un vendedor ambulante traía cosas insignificantes desde remotos lugares, donde quizás tuviesen algún valor, pero los consumidores habían decidido comprar solo las cosas importantes.
La luz, surgida de las profundidades del azul, se estrellaba contra los ventanales, produciendo una lluvia de fragmentos de oro y plata, que caían dulcemente sobre las cabezas de los viandantes, liberándolos de su angustia.

Todo lo que amamos porque no lo podemos poseer, lo despreciaríamos si lo tuviésemos, pero habiendo sido despojados de toda propiedad material o afectiva, solo queda el amor una vez desahuciado el desprecio. Solo en los sueños aparecen los caminos de un solo sentido, donde nada tiene su contrario y las cosas suceden de la única forma posible.
Despertar sin haber conseguido dormir, bajo el jeroglífico indescifrable de las estrellas, sintiendo el amanecer como el crepúsculo, como si todo hubiese cambiado en el relámpago de una noche y la belleza se mantuviera inútil en su aparente inmovilidad.
Me alegro y me reconforta no haber hecho otra cosa diferente a lo que hice, a lo que decidí en un momento de indecisión, y comprobar que ahora la obra está hecha, siendo los resultados de éxito o de penuria, las consecuencias se verán más tarde. Porque también lo que no se hace acarrea otras consecuencias.
Si hubiera dormido, habría soñado con cosas que jamás hubiese hecho. Ahora en ese estadio intermedio del subconsciente, me reconozco en el espejo vacío donde una vez vivió la imagen que se imponía sobre lo que una vez fui cuando soñaba.

sábado, 25 de octubre de 2014

INSENSATEZ



Los locos me dan la razón. La razón que les falta.
Los que perdieron el juicio, recurren al supremo o al tribunal Constitucional, en vez de recurrir al psiquiatra.
Los lunáticos adoran al sol.
Los idos vuelven.
Desequilibrados se ocupan de los asuntos de estado, haciendo cabriolas en la cuerda floja.
Orates y vesánicos lanzan discursos disfrazados, desde la tribuna que les regalaron.
Chiflados de alta velocidad, caminan por los raíles de las canciones apócrifas.
Al rico se le llama excéntrico y al pobre, le dicen, pobre loco.
Si un demente cabila sobre las cuentas bancarias en un despacho, obtendrá grandes beneficios.
Dirigidos por energúmenos, paranoicos y oligofrénicos; los  insensatos seguidores permanecen alienados.

domingo, 19 de octubre de 2014

La costumbre



Hace 100 años que el arte se apartó de la belleza para seguir el camino de la fealdad.
Lo fácil, lo rápido o lo instantáneo se ha asumido como sustituto de la inspiración creadora y del trabajo. Instituciones, mecenas, mercaderes y subasteros invierten en tremendos gastos de afeamiento y se benefician de la reventa. Nos convencen de que la poesía es un lienzo y la pintura un sueño. La arquitectura es diseño y la cultura un cuento. A un engendro lo llaman escultura y a la música un momento.
La naturaleza nos enseña la armonía, las curvas del universo, la inexistencia de la recta y la ausencia de la simetría. Que nada es exacto y sin embargo todo se mantiene en un equilibrio perfecto. Pero cuando nos alejamos de la naturaleza, necesitamos reinventar la belleza, crearla a nuestra imagen y semejanza, aunque para ello tengamos que atravesar su corazón con aristas cortantes, envenenarla con ungüentos artificiales.
La erosión de la estética por el tiempo, ha creado nuevas formas, nuevos vellocinos de oro a los que adorar, para cubrir el escalofriante vacío que dejó la belleza. Cuando la vagancia de la costumbre nos impide movernos hacia otros paraísos donde se acomodan los sonidos de las aves con las aguas del desierto y los colores de las horas que atraviesan el firmamento se combinan con lejanas fragancias transportadas por la lluvia; quizás no sea demasiado tarde para encontrar algún vestigio de la belleza en Marte.

sábado, 4 de octubre de 2014

GORONDO




Ronda la paloma sobre la muralla que encerró el amor eterno.
Trae el laurel que le dio el río para coronar a la reina de Gorondo, el país de los invisibles soñadores.
Los que arrojan la soledad en el lecho de luz azul que recorre los refugios perdidos,
Huyendo de no se quién ni de no se qué, llegué a Gorondo, donde nadie me reconocería.
Seré un hombre invisible más, me decía. Cada uno tiene su camino y nadie es ejemplo de nadie, en Gorondo no hay caminos.
Viaja la felicidad en el tiempo recuperado por la memoria, en una pacífica balsa que se adormece entre el manso piélago de las horas nocturnas y el silencio.
La reina de Gorondo adivina los deseos secretos y se adelanta para que se cumplan. Siempre en vigilia, atenta a sus invisibles súbditos, con las cicatrices permanentes e invisibles que dejó el amor y el dolor, en el país de los soñadores invisibles. Vuela con el deseo que acompaña a la moneda lanzada de espaldas al estanque, y desciende ondulante con la esperanza que resucita los amores dormidos en las dulces aguas de la afortunada suerte.
Veloces los días se evaporan como tormentas de estío sobre la ruta del norte. Se deshacen las grises nubes que hacían el camino sombrío hasta el balneario de Corconte. Como una Venus surgida de las aguas, emerge envuelta en la gasa de los sueños y lanza la paloma hacia el verdugo que se desploma desde la atalaya, para regresar con los laureles, desde el río a la muralla en eterno viaje hasta después de la muerte.