lunes, 26 de enero de 2015

MUTACIONES







Hoy he vivido una vida entera, sin pensarlo siquiera. He crecido contemplando la calle estrecha y brillante desde la ventana, por la que apenas circulaba la brisa, y al volver involuntariamente hacia el interior de la estancia, he roto por accidente, un rayo de luz en mil añicos de oro, dispersados y recompuestos inmediatamente tras mi sombra y he seguido creciendo al comprobar que podía recoger éste otro universo, cargado de vida micro-orgánica, con una sola mano. Pero también he sido infinitamente pequeño y libre cuando un estremecimiento recorría mi cuerpo mientras miraba los astros, que el sol me impedía ver entre tanto durara el día.
Decididamente, el tamaño de uno es inversamente proporcional al objeto de comparación.
Al cerrar los ojos he recuperado mi verdadera dimensión, etérea, inconmensurable, minimalista. Todo lo que veo con los ojos cerrados es de mi tamaño y comprensión, los astros y los átomos, lo evidente y lo esotérico.
Lo vulgar, lo nauseabundo y lo grosero, que se me presente, lo voy a dejar para mañana cuando despierte, ahora quiero seguir soñando.

viernes, 23 de enero de 2015

MERCURIO


Gotas de Mercurio, foto: Google images.

MERCURIO

Es hermoso como plata líquida, independiente e indisoluble. Tiene pocos amigos y cuando se encuentra consigo mismo, crece, se hincha con arrogancia en su templada estancia.
Tiene veneno en el alma y el poder de enloquecer a los hombres con su vaporosa presencia.
Vuela con pies alados entre los dioses y las diosas que le cambiaron el nombre, que fue Hydragyrum, hijo de Cinabrio.
Lleva mensajes secretos de un lugar a otro, volátil e inestable, se expande al calor de la pasión sofocante y la pureza.
Conoce el fondo de las aguas donde yace sin mácula y sin mezclarse, pero alternando con corrosivas compañías, puede desatarse su poder destructivo.
Tan grande es su divina presencia que lo rinden culto ilustres oradores, viajeros y comerciantes, pero también los ladrones, a los que condena por necios al dejarse apresar y no por sus fechorías.
En su viaje por el universo, más cerca del sol que ningún otro dios o mortal, nos enseña el constante movimiento de la vida, como un carrusel que nunca se detiene y nos lleva a velocidades inimaginables. Mercurio asiste impasible a las diarias hecatombes de las frágiles almas, desde el reducido Olimpo donde habita. Ve caer a los imperios creados por los humanos, que ingenuamente consideraron invencibles y fueron destruidos por los bárbaros que consiguieron la regencia de los mundos.
Ante el frío invierno se recoge camuflado entre las candelas intermitentes de las estrellas, entre los escombros de todo lo que se había soñado, donde los ojos no llegan a distinguir el planeta.

jueves, 22 de enero de 2015

CRÓNICAS AZULES





OZONO

El cielo en exceso oxigenado, adquiere ciertas coloraciones cuando cae la tarde sobre el océano; espejismos de luz contra el ozono. Me invade la desolación del invierno en la infancia, cuando caminaba por la tangente de la tristeza que encierra la fría brisa norteña, a pesar de haber convertido en calor la guitarra que arrojé a la chimenea. Ahora todo aquello parece un esquema extraído de un sueño. Ya no siento la antigua angustia del destierro, son solo recuerdos que caen lentamente como caería la nieve sobre la luna.
Descubrí que el secreto de la juventud reside en crear planes y proyectos que sustituyan la indiferencia del tiempo empleado en los recuerdos. Quizás mañana cuando me embarque en un nuevo proyecto, ya no sienta lo vivido como un disgusto, porque el olvido y el cansancio, me habrán curado del espanto; ya no seré el que soy hoy. Quizás mañana cuando despierte, la rutina interrumpa mis deseos de vivir eternamente soñando, como ahora sueño.

miércoles, 21 de enero de 2015

SIN PENSAR




Hoy he vuelto a la terraza del mar, donde solía escribir y pensar en lo que me trajo hasta aquí. Me inspiraba en la brisa marina y el perenne rumor de las olas, añorando un amor lejano, como si alguna vez lo hubiera tenido y el tiempo me lo hubiese arrebatado.
Hay una pareja de músicos con dos guitarras bajo el toldo. Podría decirse que son algo más que una pareja artística, por cómo él la mira mientras ella canta una vieja canción de Kris Kristofferson. Hay también, un poco más lejos, una joven madre, de hermoso cuerpo, jugando y riendo con su pequeña niña, que le trae conchas recogidas en la arena.
Hoy no he venido a pensar, solo a mirar y siento el alivio que me produce el hacerlo. Veo cosas de verdad, no como las visiones engañosas de un sueño. Por el camino, he desplegado los sentidos. He respirado el aroma que se desprende de la tierra en perfecto maridaje con la madreselva y la hierbaluisa. He acariciado los damascos que se exponen en el mercado de cortinas y alfombras colgantes. Y ahora me he dejado envolver por el canto de dos guitarras.
Miro al sol que va cayendo entre las nubes del horizonte, creando intensos arreboles y me sorprende que todo esto, que se repite o se imita cada día, haya permanecido oculto en mi ceguera.
Todo lo pensado, analizado o deducido, me parece un engaño o una traición de la memoria, que en pleno delirio crea sombras que ocultan lo por vivir. El simple gesto de abrir los ojos y dejarse llenar de lo que hay, de lo que es, a través de las pupilas, parece haberme curado del terror de una vida teledirigida, o manipulada por los fantasmas que crea la indignación.
Desorientado como un viajero en una ciudad extraña, que aún reconociendo la realidad que me rodea, no encontrara una referencia que me devuelva a mis orígenes; avanzo a tientas por los mágicos caminos que me ofrecen los sentidos.

lunes, 5 de enero de 2015

EL DANZANTE




Las alas de la mariposa rozaron la mandolina. El salón devastado por el largo silencio recupera la cadencia de la última melodía, un, dos, tres. La vegetación se ha adueñado de las casas abandonadas y la naturaleza reclama sus territorios.
El danzante baila sin movimiento aparente. Es la tierra que se estremece bajo sus pies, como las olas rozan el cuerpo aterido, un, dos, tres, en la ilusión arrítmica de una danza lejana, un, dos, tres, una y otra vez.
Las plantas crecieron en el interior de las casas descapotadas. Las ramas verdes salían por las ventanas destrozadas.
La cabeza inclinada y la lengua burlona, parecen reírse de los que quedan en pie. La sombra descosida de sus talones danza libre sobre la oscura tierra, un, dos, tres; un, dos, tres.
El baile, la cosecha y el reloj marcan compases distintos, no es el mismo tiempo a la misma hora, un, dos, tres. Años antes de duplicarse la población, las cosechas se quintuplicaron artificialmente, al igual que los recursos alimentarios animales y sus ciclos de engorde. Se podría bailar sin mover los pies, un. dos, tres; un, dos, tres.
El hambre estuvo a punto de desaparecer, pero desaparecieron antes las ciudades y los monumentos y las fábricas, dejando el rastro de los cuerpos colgados del revés que se columpian alegres; un, dos, tres,
Los azota el viento azul en su danza sin fin, cada vez más lejos del fin; tres, dos, uno. cuando el tiempo retrocede, buscando inútilmente su significado.