miércoles, 25 de mayo de 2011

La venganza de la Naturaleza







La fuente de la vida, 
la madre que alimenta a sus criaturas con todos sus recursos,
la que llena de aire nuestros pulmones y ofrece sus tesoros a nuestros ojos,
La Naturaleza, a la que sus hijos díscolos no respetan, y le roban los bosques,
le arruinan las aguas y tiznan los aires.
Para demostrar su poder, se agita entristecida y provoca grandes catástrofes,
y ahora los hombres claman y lloran sus pérdidas.
Algunos tan arrogantes, creen que son ellos los que provocan los cambios y que pueden pararlos o mitigarlos. 
Mientras el sol se oscurece por imparables tornados que siembran la desolación en pueblos y ciudades.
Tiembla la tierra y engulle lo que sobre ella los hombres han construido.
Se agita el océano, que por un eufemismo llamamos Pacífico, y sus olas crecen por encima de las casas y las fábricas de luz artificial.
Los volcanes de hielo escupen fuego y sus cenizas nos paralizan.
Grandes ríos se desbordan y sus aguas se ríen de presas y pantanos.
Pero el orgullo de los hombres dice que eso siempre ha pasado y no solo hemos sobrevivido sino que hemos crecido entre las escorias...

3 comentarios:

  1. A veces me planteo si la Naturaleza no debería expulsarnos definitivamente de su paraíso.

    ResponderEliminar
  2. Te contesto con lo que de ella escribí en su día, no es venganza, es advertencia, pero nos obstinamos en no oírla.
    http://mimosa-empezardecero.blogspot.com/2010/09/madre-tierra.html

    Besos

    ResponderEliminar