martes, 17 de mayo de 2011

La música de fondo





Suena una balada muda,
las llamas de las velas bailan suavemente al compás de las sombras que producen.
Todo parece más hermoso entre las notas largas,
como si la paz, al fin, hubiese entrado de puntillas
en este momento azul del día,
entre el áspero granito de la luz de cuarzo y el desasosiego de la almohada.
Cuando puedes prescindir de lo imprescindible y el tiempo es ajeno a los relojes.
Es solo un momento difuminado en sus extremos, algo que te llena y te vacía,
una ola de suavidad eterna mecida por la música que no habla y suena.
Los ojos abiertos solo indican que estas despierto,
No tiene nombre, ni forma, es un  aliento, una sima, una flor en un volcán
que te dice que estas vivo.

3 comentarios:

  1. Qué tierno eres, Spaguetti!!!
    Me ha gustado mucho mucho...
    Eres un poeta y un romántico

    ResponderEliminar
  2. Sin ella no vivo, supe que estaba muerta cuando puesta ni siquiera podía oírla.
    Hay una música para cada momento, hay un acorde para cada tiempo, hay una esencia en ella que nos nutre por dentro.
    Besos.

    ResponderEliminar