lunes, 5 de enero de 2015

EL DANZANTE




Las alas de la mariposa rozaron la mandolina. El salón devastado por el largo silencio recupera la cadencia de la última melodía, un, dos, tres. La vegetación se ha adueñado de las casas abandonadas y la naturaleza reclama sus territorios.
El danzante baila sin movimiento aparente. Es la tierra que se estremece bajo sus pies, como las olas rozan el cuerpo aterido, un, dos, tres, en la ilusión arrítmica de una danza lejana, un, dos, tres, una y otra vez.
Las plantas crecieron en el interior de las casas descapotadas. Las ramas verdes salían por las ventanas destrozadas.
La cabeza inclinada y la lengua burlona, parecen reírse de los que quedan en pie. La sombra descosida de sus talones danza libre sobre la oscura tierra, un, dos, tres; un, dos, tres.
El baile, la cosecha y el reloj marcan compases distintos, no es el mismo tiempo a la misma hora, un, dos, tres. Años antes de duplicarse la población, las cosechas se quintuplicaron artificialmente, al igual que los recursos alimentarios animales y sus ciclos de engorde. Se podría bailar sin mover los pies, un. dos, tres; un, dos, tres.
El hambre estuvo a punto de desaparecer, pero desaparecieron antes las ciudades y los monumentos y las fábricas, dejando el rastro de los cuerpos colgados del revés que se columpian alegres; un, dos, tres,
Los azota el viento azul en su danza sin fin, cada vez más lejos del fin; tres, dos, uno. cuando el tiempo retrocede, buscando inútilmente su significado.



1 comentario:

  1. Hay bailes tan desacompasados que causan verdadera desolación...
    Besos.

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