sábado, 29 de septiembre de 2012

Llegó la tarde.







Llegó puntual, la tarde al mar.
En un día único como todos los días; único, como todos los demás.
El horizonte refulgente de luces doradas, levemente acolchado por nubes lejanas, esperaba recibir el medallón de oro al final de su carrera.
En la arena, los cuerpos inquietos esperan el momento azul de la penumbra, como heridos por los dardos ardientes del ocaso.
No hay palabras, solo miradas que se pierden donde el mundo se acaba, y efímeras huellas en la arena mojada.
Ella no ha querido venir, no le gusta la playa, ni la sal, ni la arena en los pies, ve sus dedos como croquetas sin hacer...ella busca la belleza en las cosas minúsculas, sin saber que la tiene tan cerca...con solo mirarse al espejo, busca respuestas simples para sus complicadas preguntas, intentando razonar a su manera... La línea azul del horizonte es aburrida, solo una línea que a veces ni se distingue entre los azules, y el rumor ronco de las olas puede llegar a aturdirla por lo incesante.
Pájaros negros detienen el vuelo y planean como siluetas de cometas al viento.
Ya en la noche, pregunta: "¿Tanto agua para qué? ...si ni siquiera se puede beber!
y siguió alimentando a los peces del acuario, sin esperar respuesta.




8 comentarios:

  1. Quizá no le guste mirar un poco más allá de como son las cosas y piense que la vida sólo se encuentra en su inmediato centro. Y a lo mejor tiene razón..., quién sabe, cada uno en su mundo es como es...

    Las fotos son preciosas.
    Feliz día y un beso

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  2. No a todo el mundo le atrapa el mar y sus vaivenes o sus horizontes azulados con pinceladas de sol.
    No todo el mundo cae en la red de su impresionante inmensidad de oleaje emocionante e infinito.
    Hay seres que se conforman con un pedacito de agua,tal vez una pecera en la que ellos sean el dios que alimente la misérrima vida que la habita comparada a la misteriosa magnitud del mar.
    Es comprensible también y por supuesto hay que respetarlo por mucho que entristezca la sola y silenciosa contemplación admirativa.
    Y dicho esto-otro rollo más de los míos-me marcho para no extenderme más.
    Besos.

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  3. Hola, amigo.
    La entiendo mucho.
    Un abrazo y mi felicitación por un texto precioso.

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  4. Los que nacimos lejos del mar miramos embobados tanta agua, una y otra vez, avanza y retrocede, avanza y retrocede, nos hechiza. Y esa imagen es bellísima, qué privilegio tener cerca algo así.

    Ella nació más cerca del mar que tú, tal vez.

    Besos

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  5. preciosa foto, tanta agua para la belleza de un atardecer.

    UN BESITO.

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  6. Me encantan los atardeceres, pero entiendo perfectamente a esta mujer, nos muestra "otra mirada", interesante por otra parte, que rompe con el típico tópico.

    Un abrazo.

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  7. Belleza incesante! Yo moriré extasiada junto a la orilla del mar!
    Hermosas imágenes!!!
    Cada cual ve la belleza allá donde su corazón le indica, no son caminos equivocados, sólo diferentes y en ese amplio abanico todos deberíamos indagar.

    Besos

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