jueves, 12 de abril de 2012

El ingeniero





Su madre murió en el parto. En un acto de suma generosidad, la madre eligió entre la nueva y la propia vida. Esto le marcó sin saberlo el resto de sus días.
Su padre volvió a casarse y tuvo nuevos hijos e hijas.
Pronto se sintió extraño, rodeado de una nueva familia, con hermanos con padre y madre.
A la edad de estrenar la consciencia celebró con "Málaga Virgen" lo que le inculcaron - Hoy hace 17 años que maté a mi madre- como si alguien quisiera brindar por eso.

Las largas noches de ilusiones y el descubrimiento de nuevas drogas que le elevaban a paraísos imaginados, le alejaron aún más de la familia y de la casa de su padre, culminando el desarraigo con el abandono de los estudios de la recién comenzada ingeniería, aún siendo un buen estudiante.
Los años lúcidos de la juventud transcurrieron muy deprisa entre las buhardillas más bohemias y los libros de poemas hasta que consiguió un trabajo estable en el despacho de billetes de la estación ferroviaria.
La actividad en las horas punta era combinada con largas horas de tedio...    --Me pagan por no hacer nada--
pero aprovechaba el tiempo estudiando en la oficina los viejos libros de Ingeniería. Parecía no molestar a nadie, pero su carácter huraño le trajo enemistades entre los otros trabajadores.
Nadie sabía nada de su austera vida ni de su pasado, incluso él mismo lo olvidaba entre las volutas de humo de los canutos que le llevaban a un cielo con puertas de cristal y perdido entre los santos y los ángeles vagaba su alma impía.
El día en que se doctoró como ingeniero le comunicaron un aviso de despido  por fumar drogas en el puesto de trabajo y una sonrisa malvada apareció en su rostro. Amenazó a su jefe con presentarse a unas oposiciones internas como ingeniero de ferrocarriles, saltando así siete puestos por encima de él, si no detenía el expediente de despido, pero ofreciendo a cambio su baja voluntaria para dedicarse a la obra pública en el futuro. Y todo fue según sus planes. Esperó a ser aceptado como responsable de la Confederación Hidrográfica del Gran Río para dejar "voluntariamente" el trabajo en la estación de trenes.
Ya era su propio jefe. En el despacho, entre planos y mapas estaban los libros de poesía. Sustituyó el crucifijo por un retrato de A. Rimbaud de mirada insolente.
Después de años de miseria, compró una casa y una villa en un otero desde donde se divisaba el mar.
Podría decir que era rico y disfrutaba de más tiempo pero nunca olvidaba cuidar de las plantas de datura estramonio y cannabis sátiva que crecían por los bancales de la villa.
Ahora que el tiempo ha cargado sobre su espalda el cansancio de la vida, ya retirado se acuesta en la mecedora de mimbre y cerrando los ojos ve el transcurrir de su historia, cuando tuvo que trabajar como vigilante nocturno para ganarse la cena del día o saltando las máquinas  del metro huyendo de la policía, viajando solo en vagones vacíos, ganando tiempo para el amor de su vida que le esperaba cada noche tras una ventana encendida.

19 comentarios:

  1. Si, es él. El viajero inmóvil, el vigilante de la noche, el de la ventana encendida. No puede ser otro y siempre será el mismo.

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    1. ¡Qué genialidad! Una historia con "sus historias" separadas y juntas, a la vez. Todo un recorrido vital perfecto. Gozadita de buena mañana.
      Muaks!

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    2. Juji, cada día es una historia nueva en la vida que solo tu protagonizas.

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  2. ¿por donde queda este señor para que siga contandome su vida?

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    1. No demasiado lejos Lola, si le buscas lo encontraràs... porque todos tenemos una vida que contar.

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  3. Una vida ausente por muchos recovecos en los que haya habitado.
    Una vida indemne de amor maternal,cargada de sentimiento de culpa que él mismo se auto impuso.
    Es curioso el principio de tu historia que me recuerda mis principios en este mundo,contados por mi madre,naturalmente,no soy de recordar esa etapa,je,je,je
    Mi madre tenía que elegir su vida o la mía y eligió la mía.
    Pero me aferré tanto a ella que vivimos las dos con esfuerzo titánico.
    Yo pasé la infancia entre inyecciones,tratamientos y medicinas, ella, jamás volvió a tener la misma fuerza,pero sí la valentía de seguir.
    Ninguna culpó jamás a la otra porque la vida es la que nos tiene a su merced y lo importante es que se nos trajo a ella.

    Hay que intentar ser felices a toda costa y el protagonista de tu historia,parece que tenía al menos momentos de felicidad a pesar de ese sentimiento ingrato que nadie supo arrancarle.

    Perdona la extensión,es que me dan cuerda cada mañana al despertar,ja,ja,ja
    Y siempre seré la misma.
    Besos.

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    1. Marinel, me asusta cuando la realidad se acerca a la ficción... aunque a veces llegue a superarla. Si, hay que ser felices y la única forma es intentándolo cada día.

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  4. Fantástico. La vida es la historia más completa; la vida de determinadas personas es además sumamente atractiva, incluso con sus desdichas.

    Un abrazo.

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    1. Hay 7.000 millones de vidas para contar Maribel, lo que supera con creces las mil y una noches ...jeje

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  5. Cada vida una historia , y en esta dibujada las desdichas y alegrías ,los pensamientos y sentimientos de su protagonista. Miles de gracias querido y admirado amigo por regalarnos tan bello y profundo relato. Muchos besinos con todo mi cariño.

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  6. Pues la historia es sensacional y el final te ha quedado magistral.
    Lo cierto es que no esperaba esto y ahora estoy fascinada.
    Un abrazo

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    1. Este es el "nauta" urbano ... el "urbanauta" obligado a sobrevivir en un océano embravecido de gentes extrañas, respirando un aire viciado ...con todos los vicios y sin embargo tan solitario como el náufrago de Indiana Om.

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  7. Sí, es cierto. Y lo pensé mientras terminaba de leer tu historia. La vida está llena de nautas...

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  8. No sé, Staghetti, a mi me cuesta entender como pudo doctorarse consumiendo drogas, cuando éstas te apelmasan y destruyen las neuronas... Y luego lo de ser jefe de si mismo, cuando es la drogadicción quien lo maneja y toma las riendas de su vida.

    Un abrazo

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    1. Las drogas tienen muy mala prensa, quizás peor que sus efectos. Por distintas razones perdemos millones de neuronas cada día y generamos otros tantos, pues recientemente se descubrieron tres nuevos puntos de neurogénesis. Hay otras drogas admitidas incluso ensalzadas con consecuencias mucho más amargas que los psicotrópicos y con adicciones terribles (por ejemplo: el trabajo tal y como nos lo hacen ver).
      Que no te extrañe tanto que un consumidor de drogas como mi personaje se doctorase o llegue a atisbar el éxito (conozco cientos de ellos), La historia está cuajada de genios que fueron adictos a las drogas (Sakespeare, Jim Morrison, Artur Rimbaud, Charlie Parker, Santa Teresa de Jesús, Boudelaire, etc. etc.)sin perder la lucidez y en algunos casos potenciándola...No te dejes engañar por la imagen que tratan de vendernos cada día asociando la vida en los suburbios y la delincuencia a las drogas, cuando son otros factores mucho más peligrosos los que causan estas situaciones de marginalidad.
      Pero antes de seguir con este análisis, fúmate un canuto de marihuana y disfruta de sus efectos. Y luego hablamos.

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  9. Entiendo lo que planteas, pero no es solo prensa, querido Sapghetti. Lamentablemente he visto cosas horribles en mi trabajo...

    Obviamente tú y yo con respecto a este tema tenemos experiencias muy distintas.

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    1. La única forma de ver las cosas..querida Myriam... es desde el interior, desde lo vivido, desde la experiencia...lo de escarmentar en cabeza ajena, son cuentos de viejas.
      (me encanta tu desacuerdo y la polémica pacífica de la que siempre sale algo positivo)

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