martes, 13 de septiembre de 2011

Tiempos convúlsos

Eran tiempos de gran agitación política y económica.
Las gentes se rebelaban contra sus gobiernos en todos los países, como si una fuerza sobrenatural los hubiera puesto de acuerdo al mismo tiempo.
Los dictadores se revolvían de sus tronos causando grandes masacres entre su propio pueblo que terminaba por eliminarlos.
La desconfianza en el poder se fue trasladando a todas sus instituciones. Los bancos fueron acusados de provocar el desconcierto financiero y la justicia, en la que ya nadie creía, tuvo que sentenciar en su contra.
Las bolsas internacionales se desplomaron. Las grandes empresas cerraban una tras otra y el número de desempleados crecía cada día. El dinero corría asustado de un país a otro sin encontrar sosiego.
Se proponían soluciones precipitadas pero ineficaces para contener una ola gigantesca de desolación y hastío. Los gobiernos se unían en tensas coaliciones de países diferentes para encontrar una salida o una regresión a cualquier tiempo del pasado en el que todo fue mejor.
La banca aumentó sus intereses para no renunciar a sus históricos beneficios proporcionados por la usura, pero los clientes empezaron a retirar sus ahorros por pura necesidad y poco a poco las transacciones empezaron a evitar a los gestores para ser realizadas privadamente en dinero efectivo.
El mundo se hacía cada vez más pequeño. El margen de acción de los comerciantes se reducía drásticamente por momentos, las mercancías escaseaban y amenazaba el fantasma del hambre en occidente.
La policía no podía atender todos los casos y los disturbios aumentaban vertiginosamente. Se atracaba con violencia desmedida a cualquiera con cara de tener dinero, por ir bien afeitado o por tener los cuellos de la camisa demasiado limpios.
Los bancos cerraron sus puertas y los ahorros de los que no pudieron rescatarlos a tiempo, quedaron sepultados para siempre.
Había que construir un nuevo mundo urgentemente ...

1 comentario:

  1. Si hubiéramos comenzado por el final nos habríamos ahorrado mucho sufrimiento. Yo, por si acaso, ya vengo con mono de obra para comenzar a construir... en cuanto esté el solar disponible.

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