viernes, 4 de octubre de 2013

El tiempo que queda




Ayer se fue para siempre. No volverá la suave lluvia de ayer sobre las buganvillas y los rododendros.
Me baño en el río del tiempo, en las aguas que corren y pasan bajo los puentes para nunca regresar.
En las sienes siento cenicientos aladares, que encanecen con los latidos del tiempo a mi pesar.
La vida se va a raudales y los hermosos momentos fenecen sin fastos ni funerales, dejando solo el recuerdo más allá de los adentros.
Lo primero que aprende un niño es a llorar y los niños me enseñaron que no tiene cura el porvenir ni el pasado y cuando algo nos gusta, hay que pedir más. Que solo los infelices saben adónde van y lo que han abandonado.
Mientras tanto, espera impaciente el tiempo que queda y nos apresuramos a vivir frenéticamente, como un hamster en su rueda, sin saber para qué tanto esfuerzo, exprimiendo la vida gota a gota con la inconsciencia y el empeño del idiota.

8 comentarios:

  1. Encontremos la parte Buena de las Palabras.
    Todo puede volverse Felicidad.

    Saludos, manolo

    ResponderEliminar
  2. Piano piano si va lontano, saborear el instante, saberlo atrapar, cosa sencilla, cosa bella y verdadera. El tiempo no se para, nada se para, pero si lo saboreamos con una cucharita de café, a bocaditos, da para bastante, tanto da como para ofrecer esa imagen bellísima que nos regalas, vuelo de gaviotas, mar y pinos, los tonos mágicos, delicados.
    Intuyo que volverá a llover, aunque con gotas nuevas y distintas.
    Un besito.

    ResponderEliminar
  3. Será por eso que algunos estamos condenados al pellizco de la infelicidad...

    ResponderEliminar
  4. La carrera que emprendemos contra el tiempo nos dejará sin tiempo y con pocas vivencias auténticas.
    Bella foto para tu filosófico texto.
    Bsazo

    ResponderEliminar
  5. A veces nos consumimos queriendo volver a un pasado que ya fue, o persiguiendo el futuro incierto, y cuando lleguemos al futuro querremos volver a este presente que ya se fue...
    Los niños desconocen esos laberintos que nos hacemos de adultos, por eso nunca hay que dejar de ser un poco niños...

    Besos...

    ResponderEliminar
  6. No hagas mucho caso del vulgo.
    No se entera de nada.

    ResponderEliminar
  7. Se nos van los segundos haciéndose pasado irrevocable y tras su huida, vamos feneciendo a marchas forzadas sin pararnos a saborear el irresponsable placer del reposo...
    Es una lástima que la vida se nos vaya como el agua de entre las manos y nos vayan quedando tantas cosas en el tintero que jamás podrán formar parte de nuestro libro particular.
    Pero, como los niños, querido Spaghetti, debemos limitarnos a sentir y,¿por qué no?
    A pedir más de lo que nos hace felices.
    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Siiiiiiiii, observemos a los hamster (yo tengo uno), es un sin sentido, como muchas veces ocurre con la vida que elegimos, STOP calma, fuera prisas, salgamos antes de casa, disfrutemos de un lento e intenso momento.
    Me lo leí dos veces y a la tercera con más lentitud, bello Spaghetti y cierto.

    Besos muchos ♥♥♥

    ResponderEliminar