jueves, 5 de septiembre de 2013

PLACER Y PENITENCIA (VI)


Cabalgó Cinthia toda la noche a lomos de su corcel, hasta llegar al río cuando despuntaba el alba. Juntos la noche entera, sudor con sudor, piel con piel, palpitando entre sus piernas el corazón de Samuel.
El agua oscura del río se fue vistiendo de azul cuando iba amaneciendo y el sol bañaba su luz. En la orilla desmontó la divina amazona de su caballo y susurrándole al oído le dijo: "Samuel, bebamos de las aguas del olvido". Los dos se inclinaron sobre el río y bebieron profusamente del agua azul como el cielo que en ella se reflejaba. Así firmaron un pacto, ella olvidaría haber sido la que fue y él olvidará a Gift para volver a ser Samuel. Como prueba del acuerdo, desapareció la marca del hierro en el anca del lucero, pero no se desharía el hechizo hasta que volviese a llenarse la luna.
La noche de Sagitario era la noche siguiente, noche de luna llena, tras un eterno día de fiesta.
Para celebrarlo Cinthia llevó a Gift al campo de polo. Sería su última carrera sobre la grupa de un potro.

Ya os conté lo que vi a mi regreso, cuando conocí a Cinthia en el campo del Polo Club. Aquel día en que saltó la baranda de la terraza un caballo que se había vuelto loco, estando con Charles y George cuando se abalanzó hacia nosotros, en el momento en que la diva volvía del vestuario.
Charles habló de teatro en medio de la confusión, la orquesta se detuvo, una mujer resultó aplastada por la avalancha humana y el caballo saltó libre, sin riendas y sin marca.
Llevaron a la ninfa malherida al hospital más cercano, pero poco pudieron hacer, doctores y cirujanos, pues ya no era la que fue, cuando la luna brilló en lo alto. A lo lejos resonaban los cascos de un caballo.
En el funeral de Cinthia, algunos volvieron a ver a Samuel humano, escarbando la tierra con un pie.
Así se cumplió el pacto, que habían adquirido juntos, para la noche de luna llena. Ella no volvió a ser la que fue y el caballo volvió a ser Samuel, como habían acordado en el río del olvido.
Las aguas siguieron su cauce como ocurre en todos los ríos, pasando bajo los puentes sin retorno, como pasan los amores que no vuelven a vivir lo vivido.

                                                         FIN
                             
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5 comentarios:

  1. Me encanta la historia,triste e intensa historia,pero oye...
    ¿Te das cuenta de que la has finalizado como todos los amores de leyenda cuyo compromiso es eternamente imposible?
    Produce tristeza pensar que ese sentimiento tan pleno,vigorizante y hermoso,para que realmente exista, haya de ser traspasando lo humano y vital...
    Sea pues mi aplauso igualmente a este gran relato.
    Besos.

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  2. Seguí todos los capítulos Marcelo, para llegar a un final que realmente no podía ser otro: triste y de separación. Si esos amores ni siquiera son posibles en leyendas o fábulas... qué nos queda en la realidad concreta (se me cae una lágrima).
    Me gusta mucho tu prosa poética.
    Bsazo, Marce.

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  3. ¿Por qué siempre en las historias de amor uno de los dos se aferra al sacrificio para lograr el fin último de amar?
    Si el amor es dar, es libertad, es compartir...¿por qué se nos hace tan complicado amar?

    Una historia triste... y muy triste final, ...quizás como la más pura realidad...

    Un abrazo inmenso...

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  4. Hay ríos que cruzan nuestras vidas, es cierto.

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  5. Infinitas gracias por obsequiarnos tan bello relato querido y admirado amigo. Muchos besinos de esta amiga que te desea feliz fin de semana con inmenso cariño.

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