miércoles, 20 de febrero de 2013

El satélite




Cree que es único y lo es.
Es único porque no hay otro  igual en un universo cuajado de infinitos seres diferentes. 
Su luz es ciega, pero ve el azul que recubre otros astros, otros cielos que no le corresponden.

Todo funciona ordenadamente dentro del caos cósmico, en las escorias esponjosas de la mente.
Esta esencia irrepetible hace al satélite vagar en soledad, con la dependencia gravitatoria de un mundo que ríe en el centro de su única órbita creada solo para él.
Quisiera liberarse de esa atracción satánica y flotar en el oscuro vacío del tiempo, rodar por el firmamento y jugar con las estrellas que le hacen guiños desde distancias imposibles.
Abrir las alas de la suerte en el dédalo enredoso de las galaxias, donde se perdió la memoria.
Presumir disfrazado de polvo de cometa solo para tu impúdica mirada.
Participar en la noche de San Lorenzo en la orgía que los astros precipitan y propician.
Rugir en la tempestad de los soles siendo luz y llamarada.
Solo con desearlo, se va deteniendo la enloquecida noria.
Otros satélites y asteroides rompieron su ruta obligada,
buscando un lugar en el espacio
y llenando de ilusiones la nada.

4 comentarios:

  1. Uno de mis poetas favoritos del movimiento Romántico inglés, Percy Shelley, marido de Mary Shelley, autora de Frankenstein, cuya biografía resulta muy intensa e interesante, incluso los datos sobre su amor por Mary, a quien en parte ayudó a ser quien fue como escritora, y los datos sobre su muerte temprana y trágica. Alguna vez escribió unas líneas dedicadas a la luna que siempre me han cautivado, tanto como la luna misma, a la cual me siento ligada en mis ciclos, en mi naturaleza solitaria, melancólica y alunada y hasta en mis desvelos. Te lo dejo en el original en inglés, porque creo que traducir poesía es algo así como un sacrilegio, pero te he encontrado una traducción para que sepas de qué va, ya que no es fácil decodificar poesía en inglés antiguo. Aquí va:


    To the Moon, by Percy B. Shelley (1792–1822)

    Art thou pale for weariness
    Of climbing heaven and gazing on the earth,
    Wandering companionless
    Among the stars that have a different birth, And ever changing, like a joyless eye
    That finds no object worth its constancy?


    Thou chosen sister of the Spirit,
    That gazes on thee till in thee it pities ...

    Mejor traducción al español que encontré y retoqué bajo la luz de la luna en esta noche de desvelo:

    A la Luna

    ¿Estás pálida por el cansancio
    De escalar inmensos cielos y mirar fijamente la tierra,
    Errante y sin compañía
    Entre estrellas que pertenecen a otra casta,
    Y siempre cambian, como un ojo triste,
    Descubriendo así que ningún objeto merece su constancia?

    Tú, elegida hermana del Espíritu,
    Que se refleja en tí y por tí se apena.

    Bssoss!

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  2. Todos somos únicos e irrepetibles, en mi humilde opinión, por suerte para nosotros, transeúntes espaciales cuyo gravitar es limitado.
    Si no fuese así, sería como ir permanentemente uniformados por dentro.
    ¡Qué aburrido!

    Si bien eso es cierto-para mí al menos,repito- también lo es que nuestra individualidad nos lleva indefectiblemente a una soledad común, algo así como millones y millones de soledades juntas.
    Yo lo miro así como autoayuda en los momentos de sentir el peso de mi idiosincrasia.

    Hay una frase de Paulo Coelho que me gusta mucho a pesar de no sentirla del todo cierta,pero que me empeño en creer, dice así:

    "Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla."
    :)Besos.

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  3. .... Que maravillosa poesía, que cantó tan dulce a todo las personas, y siempre con una misma sensacion, la intensidad, cuando una persona desea con tanta intensidad algo, siempre los planetas se alinean y se produce algo tan bello como lo expresado en esta poesía... Que belleza.

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  4. ES curioso cómo todo es único, pero depende de las leyes gravitacionales...

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