martes, 27 de noviembre de 2012

elegancia



Es elegante de cuerpo y alma, blanca y azul.
Isomorfismo de un dios en su trono de garras de león.
Serena y sincera la sonrisa, sencillo el gesto,
despreocupada la belleza, seguro el ademán.

Todo lo que le rodea parece escogido al detalle,
hace brillar lo que toca, donde sus ojos se posan,
la voz que mueve el aire, lo que envuelve su talle.

Sus silencios de efecto...Oh sus silencios!
Donde brota la más tierna ausencia,
en los que se rinde el tiempo.

Tantos ojos lo contemplan, lo veneran,
lo respetan cuando humildemente se inclina,
o con arrogancia se yergue, repartiendo besos de espuma,
ofreciendo lo que tiene.

Tan hermoso como inmenso en su lugar,
respira constante y profundo, a veces brisa,
a veces sueños, a veces sal.
Así es el océano, así es el mar.

9 comentarios:

  1. Y que belleza cuando el sol de la tarde atraviesa oblicuamente las olas y se respira el aire puro y salado. No hay cosa que me guste más oir. Es la voz del momento presente.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. De repente el mar es belleza y acaricia el cuerpo, lo depura, hace brillar los ojos, y de repente también el mar rotundo nos infunde respeto y distancia.

    Besitos.

    ResponderEliminar
  3. Una elegancia que susurra, va y viene, verdadera, autentica, nunca falla. Hermosa foto, bello pensamiento. Besito entre sábanas griposas, añorando la mar cuando ya nieva.

    ResponderEliminar
  4. El mar me encanta pero me gusta aun mas tus letras poeta

    ResponderEliminar
  5. Elegancia es una de las cualidades que tiene, nunca lo había mirado así.

    Gracias por tu comentario a mi entrada, aunque no esté de acuerdo con él.

    Un beso grande querido amigo.

    ResponderEliminar
  6. Las olas llegan y dan un paso atrás,su timidez nos deja boquiabiertos a los de adentro.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Oceánica elegancia donde no falta ninguna percepción de su cuerpo y de su alma.

    Un beso

    ResponderEliminar
  8. El mar no solo es elegante, es casi lo único verdadero que nos queda...

    ResponderEliminar