domingo, 12 de junio de 2011

LA BELLA BESTIA





Sus ojos transparentes y profundos
dejaban ver su alma de cristal.
Parecía bailar al ritmo de una música
que solo ella podía escuchar
con movimientos pausados de péndulo
en olas incitadoras y posiciones perversas,
sacando una cadera en postura praxiteliana
o cruzando y descruzando las piernas
consciente de la invitación al abismo.

El sol se ocultaba celoso de la luz artificial
que azulaba su rostro elástico de impúdicas sonrisas,
Toda ella emanaba un halo de radiante hermosura
alzando la cabeza para que el cabello volara
en un instantáneo desorden para colocarse discretamente
en su perfecto lugar.

Ángeles parecían dirigir sus dedos
en la mariposa de su mano al vuelo.
Y el día perdía su color difuminado por el brillo
de su ciego resplandor que ocultaba las horas.

Pero como si la belleza tuviera sus límites,
había algo que se apartaba de toda adoración.
Algo que condicionaba planes imposibles
y que rechazaba la semilla y el abono
y es que todo este tiempo
estuvo hablando por teléfono.

2 comentarios:

  1. toda belleza depende de quien la mira... y no ve

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  2. Hola amigo, creo que no soy la única que ha hecho un alto en el camino.
    La belleza se rodea de los límites con los que otros la quieren amortiguar. Como todo, habrá que dejar que gire en plena libertad y admirarla sin más (aunque esté hablando por teléfono).
    Besos

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