No lo sabe y nunca lo sabrá.
El deseo que emana de su ingenuidad, de sus libidinosos descuidos, cuando la piel se eriza bajo las ropas y su roce.
No sabe el alcance de sus labios descorchando palabras de champán, que brotan efervescentes cada vez que se juntan y se separan, rematando en una sonrisa voluptuosa toda su inocencia natural.
Nunca sabrá el efecto de su vientre desnudo por un instante, y del sordo rechinar en boca ajena.
Cuando de una sola sacudida, lanza su cabello al vuelo dejando la nuca blanca al descubierto.
Cuando separa las piernas para sentarse en el suelo con un libro en el regazo, nada sabe de la mirada oscura que penetra bajo el toldo floreado de su falda.
No se imagina, al caminar flotando en sus caderas temblorosas que ojos de monstruo la miran, que rezuma aromas intensos y que otros efluvios afloran.
No sabe que su vestido no existe, ni la protege del tacto más liviano, penetrando más allá de la piel, hasta los huesos del alma.
No teme a la proximidad, porque la ternura que despierta le ofrece seguridad, como quien tiene un cancerbero que le protege y nunca piensa que puede devorarla.
Nunca sabrá, cuando juega con sus dedos en el aire, que hay un cuerpo invisible que se adapta exactamente a la cuenca de su mano. Que por su palidez de mármol, brotan venas azules capaces de enloquecer a bestias y esclavos.
No sabe que el puente de sus muslos haya sido tantas veces imaginado.
A veces la belleza es inocente, no siempre, a veces no sabe, ignora el alcance de su presencia, un regalo, un besito.
ResponderEliminarLa belleza es inocente y perversa, Natalia, por eso enloquece a quien la contempla.
Eliminarbssoss y gracias
Y si alguna vez llega a saberlo, todo un mundo de fantasías y juegos se demoronará dejando al descubierto la cara de ese monstruo al que consideraba su protector.
ResponderEliminarSaludos
Únicamente llegará a saberlo cuando conozca lo que de ella emana, y entonces sabrá que el monstruo la amaba.
EliminarGracias Victor, preciosas tus fotos y todo lo que las acompaña.
Es cierto que no hay nada más sensual en una persona que ignora el deseo que despierta.
ResponderEliminarLa inocencia es tan bonita, tan efímera, tan radiante!
Desde luego, leyendo este espléndido escrito de prendidez-palabra que me acabo de inventar porque me gusta-se nota que a la mujer que va dirigido,tiene un sex-appeal indiscutible.
Te ha quedado divino.
Besos.
La inocencia y la maldad se encuentran en los ojos que la contemplan.
EliminarGracias Marinel por todo lo que, sin querer, tu me das.
Me parece un texto super excitante, y además, me encantó haberlo leído dos veces.
ResponderEliminarUn beso.
María, gracias por leer y comprender más allá de lo que escribo, una y otra vez.
EliminarMaravillosos el texto, la música y la película....
ResponderEliminarBesos
Gracias Myriam, la historia continúa, sigue leyendo.
ResponderEliminarbssoss
Pues yo he venido hacia atrás, leyendo hasta aquí.
ResponderEliminarY hasta aquí también he llegado ahora leyendo hacia atrás, pero este fin de semana, me lo leo de nuevo al derecho....
ResponderEliminarUn abrazo
He empezado por la primera publicación de la "erótica de la inocencia". Me ha resultado muy, pero que muy hermosa y sugerente. Ignorar la propia belleza y lo que despierta es tan ... puro. Poco a poco iré leyendo las demás publicaciones, en su orden, quiero ver como se van sucediendo.
ResponderEliminarUn abrazo.