jueves, 14 de febrero de 2013
El asesinato de Narciso
Tiró una piedra al lago y se rompió el espejo del agua.
Su rostro se avejentó en mil arrugas relucientes.
Vio el tiempo en el viento descomponer su bella imagen sonriente.
En cada onda de agua Narciso escuchó la voz de su enamorada.
Eco le llamaba desde el fondo de la gruta con sus propias palabras.
Narciso repudió el amor, concentrado como estaba,
viendo recomponerse su rostro por el sortilegio del agua en calma.
Unos dicen que se ahogó queriéndose besar en el lago,
pero fue Némesis quien lo empujó en justa venganza,
por rechazar el amor de Eco y Ameinias y sus halagos.
En su lugar una flor, con la música del viento danza,
canciones que desde la gruta, parecen repetir sus palabras.
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Todo Narciso merece una muerte accidental para ser justo.
ResponderEliminarQué terrible debe ser no poder amar a nadie que no sea un@ mism@,¿Verdad?
ResponderEliminarBesos.
Creo que bien muerto está. Duele acabar con él, pero es una gran liberación. Aunque hasta ahora no sé cómo se hace, honestamente. Tal vez, como dice Pedro, una muerte accidental sea la mejor coartada para su asesinato.
ResponderEliminarBesos.
Como siempre, dando en la diana. ¡¡¡¡Cuántas personas podrían ahogarse hoy día en un lago!!!
ResponderEliminarExcelente elección, querido amigo.
Y tantos que se creen Narciso...............
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