viernes, 29 de noviembre de 2013

Europa


El rapto de Europa. Fuente, Google Images.



La Europa actual como la mitológica ha sido raptada sin violencia, hechizada por los sortilegios de Zeus metamorfoseado en un toro blanco o fascinada por el embrujo del Euro y el poderío alemán; de una u otra forma el rapto fue aceptado en un principio sin resistencia.
La Europa mitológica fue coronada reina de Creta y obsequiada con preciosos regalos a cambio de sus favores al Olímpico. La nueva Europa también ha perdido su esencia virgen para convertirse en la meretriz de los mercados, ha dejado de ser la Europa de los pueblos y la sociedad participativa para transformarse en una relación entre clientes y mercaderes.
Como una profecía descrita por Ovidio, Europa ha sido seducida, corrompida y raptada por los intereses privados disfrazados del Toro blanco de la democracia.
El Parlamento Europeo se ha ido desnudando lentamente, dejando al aire sus vergüenzas, como las trémulas ropas de la mítica Europa arrancadas por la brisa del Ponto. Se ven los parlamentarios más radicales y antieuropeos en su seno. Hombres de negro controlando las finanzas de los pueblos. La que fue un ejemplo de tolerancia y respeto por los derechos individuales y colectivos se ha convertido en un gueto cercado por acuchilladas concertinas y protegido por países mercenarios que se encargan del control, a sueldo, de su perímetro.
La Europa mitológica fue raptada en su ingenuidad y confinada en una isla; la Nueva Europa se ha secuestrado a si misma encerrándose en su propio caparazón donde crecen los gérmenes putrefactos de la corrupción, aislándose cada vez más de la realidad que le rodea.
La ancestral profecía, se ha cumplido.


martes, 26 de noviembre de 2013

La palabra que queda.





Hoy se escribe más que se lee -pues algunos no leen ni lo que escriben-. La selección de la palabra precisa, es un trabajo duro que exige un gran esfuerzo de corrección y limpieza hasta encontrar la forma más clara y hermosa de acercarse a lo que queremos expresar.
La literatura es un arte libre desde los tiempos del "Trivum et Quadrivium".  Pero no todo lo que se escribe es una obra de arte.
Hay libros vacíos llenos de letras sin forma, sin contenido. Libros que no se entienden por estar escritos con el mismo lenguaje con el que se habla.
No se puede escribir de la misma forma en que se habla por ser ejercicios diferentes. El mundo de la literatura es un mundo irreal, pero que se traslada a la realidad mediante la palabra justa, produciendo un goce estético puro que solo el arte proporciona.
Escribir palabras no es Literatura, a la que debemos más respeto. Literatura significa la relación estética y profunda entre las palabras y sus significados, el pensamiento elevado correctamente expresado, el análisis exhaustivo embellecido por figuras, anáforas, personificaciones o metáforas que nos lleven más allá de lo escrito.
La palabra que queda, es la clave secreta de las emociones, la que nos conmueve o nos desgarra.
De la palabra y por la palabra aprendemos y nos comunicamos, de su forma depende el amor y la incomprensión.

Hay libros que llegan al corazón y nos estremecen.
Hay frases escogidas que nunca se olvidan
Hay palabras frágiles y quebradizas que escuecen.
Hay palabras que de no usarlas se oxidan
Palabras que antes de nacer, perecen.
Palabras que quedan y en el alma anidan
Palabras que superan el olvido y permanecen.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Casandra


Lady Emma Hamilton, en el papel de Cassandra. Retrato de George Romney.


Casandra podía prever el futuro, pero nadie le hacía caso cuando decía que la abundancia y el bienestar de Troya tenía los días contados, que llegarían tiempos de lágrimas que arruinarían la ciudad, pero nadie creyó en sus palabras y la destrucción de Troya fue inevitable.
Dicen que la llevó a la locura tanta frustración, no poder evitar que sucedieran las tragedias que adivinaba con el don de la profecía. El rubicundo Apolo no la perdonó por haberlo rechazado, y la maldijo para que nadie la escuchara.
Casandra pudo ver que el caballo de Troya era una trampa urdida por poderes extraños a la ciudad, y que su pueblo debía de rechazar el regalo. Pero todos se rieron de su locura por considerar que estaban seguros en su baluarte, tenían un hogar y corría el vino en las tabernas. Se encontró frente a la sorda ignorancia, que alimentada por libelos de seguridad y de riquezas; despreciaba las visiones de Casandra.
Casandra fue duramente censurada, apartada de los círculos influyentes de la sociedad, que molestos por su insistencia, pensaron en encerrarla. Pero ella, pudiendo vaticinar su propio futuro, no pudo hacer nada para evitar su destino. Corrió a refugiarse en el templo, al amparo de Atenea, cuando después del saqueo, la ciudad ardía en llamas. Allí la descubrió el guerrero Áyax, abrazada a la estatua de Atenea. El guerrero la violó y trató de arrastrarla fuera del templo pero Casandra se aferró a la estatua y en la lucha, Atenea se removió de su pedestal desatando la ira de los dioses contra Áyax.
Quizás fuera el desdén por la palabra, de los que pudieron evitar la catástrofe; lo que convierte a Casandra en protectora de escritores y de artistas del lenguaje, de aquellos que, con la palabra justa, previenen de los males que causan los excesos de la sociedad y no son escuchados.


jueves, 21 de noviembre de 2013

El ingenio


Imágenes de la película "Modern Times" (1936) de Charlie Chaplin


Valiéndose de su talento creativo, el ingeniero logró componer un artefacto único. Una máquina perfecta capaz de reproducir centenares de piezas que ensamblaba después minuciosamente con elaborados procesos de montaje, en los que trabajaban cientos de profesionales, montadores, flexógrafos, soldadores, y personal no cualificado en la cadena de producción.
El trabajo había vuelto a la ciudad aliviando la angustia del desempleo en la que estaba sumida desde hace años. Debido a la exportación internacional del producto, la empresa obtenía buenos beneficios que repartía generosamente entre sus empleados.
Fluían los créditos para la adquisición del nuevo ingenio en diferentes países y la economía mundial se fue recuperando velozmente.
Las compañías eléctricas vieron crecer la demanda por las cantidades de energía consumida y también se beneficiaron los transportes y las empresas periféricas que crearon nuevos empleos.
La empresa salió al mercado financiero y pronto se multiplicaron los accionistas guiados por las predicciones al alza en los mercados.
Cualquier país civilizado debía de poseer tales avances de producción desconocidos hasta el momento.
El ingeniero estaba satisfecho, había cumplido con el proyecto que las autoridades le habían encargado, la creación de una máquina capaz de fabricar otras máquinas idénticas para reproducirse así mismas infinitamente.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Para tus ojos ausentes.




Para tus ojos, que no son tus ojos, que no son de nadie, pero es por los que yo veo.
No sabes cuánto quisiera que tus ojos vieran éste día precioso que se va lentamente sin que nadie lo vea. Las calles deshabitadas y el espectáculo del agua solo para tus ojos.
Una familia de patos cruza el estanque con una armonía casi humana, pasan bajo las efímeras arquivoltas que lanza el surtidor para refrescarse y miran alrededor para asegurarse que nadie los ve.
Pintaré éste lienzo para tus ojos ausentes, con colores traslúcidos, infrarrojos y ultravioletas transparentes.
La sombra azul de las palmeras cobija tus sueños, mis cuentos y tus quimeras, mientras pasan volando las horas enteras, haciendo más breve tu ausencia  y más dolorosa la espera.
El agua compite en el canto con los borboteos de los ruiseñores y en belleza con la perfecta arquitectura de las flores. Si vieran tus ojos del norte, estas luces, éstos soles que el trópico brinda a los solitarios soñadores, desearías cambiar de suerte, sin cambiar tu esencia, para seguir amando hasta después de la muerte, sabiendo que siempre estás presente aunque me duela tu ausencia.









martes, 19 de noviembre de 2013

El Paraíso vacío.



Se prolonga la espera para cruzar a la otra orilla, el cuerpo inmóvil deja libre a la mente vagando con la habilidad acostumbrada del Egipto funerario, el cruce de las aguas acompañado por Osiris y Anubis. Pero el barquero se retrasa a propósito, mientras se ofrece el paisaje idílico y floreciente de frutos y ambrosía al otro lado, en el más allá.
Quizás no venga tampoco hoy la barca de oro, sobre estas aguas embravecidas de corrientes violentas que explotan como vulvas en celo con las caricias del viento.
En el otro lado parece que esperan, para romper el profundo aislamiento, vehículos de transporte o cascarones de coches que se agrupan como una colonia de tortugas acorazadas. Pero no hay vida ni movimiento. Las crestas de las palmeras aún respiran el último aliento y se yerguen hacia el firmamento como cruces sobre los muertos.
El paraíso vacío y el silencio aguardan la llegada del mundo de los vivos, que lo llenarán con su ingenio, con sus soledades lunáticas, con su ansiedad depredadora y construirán un nuevo embarcadero, soñando con el regreso al templo de las risas compartidas.
En el paraíso vacío se buscarán unos a otros para llegar a reconocerse a si mismos y se perderán en el dédalo desconocido de los espejos, eclipsados por la sombra de una luna roja que sangra por sus reflejos.








lunes, 18 de noviembre de 2013

Donde los cuentos duermen.





Cuentos, fábulas, historias...me invento la vida de lo  que veo, en este collage risueño de lo que siento.
Los niños exigen lo imposible, lo que creen que solo un mago puede hacer y lo consiguen. Se contagia la candidez de la infancia entre caléndulas, retenida en el neocortex, pero que la traición de la memoria dibuja estrellas donde nunca estuvieron. Por una asombrosa coincidencia, nos hace crear paisajes prehistóricos o sobrenaturales habitados por gigantes que los delirios de la razón recrean.
Todos los cuentos se enredan en chorreantes volutas de ensueño, atravesando peligrosos puentes entre la virtud y la miseria para llegar a un final feliz donde triunfa el amor y la paz  en una nube de cobalto.
Al final, estalla el silencio cuando huye el ufano griterío de las púberes almas y ya nada se mueve, el viento se calla, escucha a los árboles desnudos, la apnea intermitente del sueño de las rosas.
Recojo mis cosas lentamente, un lejano barrendero amontona las hojas, la tarde se precipita prematura y la luz azul vuelve a envolver el escenario vacío donde los cuentos duermen.



miércoles, 13 de noviembre de 2013

Periplo por Tierra Santa.





En el horizonte brillan las luces de Nazaret y los cuatro barrios circundantes. Todo el valle de Galilea está ahora inundado por las estrellas.
No hay rastros de guerra aunque se ven algunos soldados sueltos armados a la funerala, ni tampoco huele la ciudad a la carne quemada de los sacrificios al Dios que los protege. Pero se siente el orgullo de esta gente, que no solo cree con ahínco pertenecer al pueblo elegido por el único Dios, sino que incluso hubo uno de ellos, que llegó a convencer a medio mundo de que era el mismo Dios, y se paseaba por éstas tierras que yo ahora profano con mi presencia impía.
Vivo cerca de lo que fue Magdala, ciudad de la prostituta más famosa del mundo, con el mismo nombre que todas, María y el apellido judío de la ciudad donde vivía. María Magdalena. Pero ahora solo quedan unas ruinas de cierto valor arqueológico, de lo que fue en otros tiempos una gran ciudad con tres barrios pesqueros y tiendas de lana teñida. Desde ahí se ve el resplandor azul de un mar de agua dulce, el mar de Galilea y unos letreros indican  la hermosa ciudad de Tiberias, con esas letras hebreas que parecen bailar diferentes y milenarias dispuestas a juntarse en palabras y sentencias como las que escribieron el mayor bestseller del mundo,La Biblia, la Torá.
Tiberias resplandece segura y limpia. Aún quedan los vestigios de fortalezas romanas y fenicias.
Descendiendo por la orilla del Jordán en el sentido de sus aguas intermitentes que de pronto, desaparecen para volver a surgir entre las arenas; se llega a la falda del monte Sión, sobre el que emergen las murallas doradas de Jerusalem.
La Ciudad Santa impone su autoridad sobrecogedora desde lo alto y la penitencia de la ascensión atravesando el enjambre de casas blancas que se desparraman por la ladera del monte.
A la entrada por cualquiera de las ocho puertas de la muralla se recibe el persistente martilleo de los orfebres que engastan piedras preciosas en piezas de oro y plata. En su música como en su silencio se percibe algo espiritual por encima de lo que se ve, lo que se siente en Jerusalem.
Por la puerta de Las Flores se accede a los mercados de la Ciudad Vieja, inundados por el aroma de las especias y las frutas de frescos colores.
En la salida del este, los caminos bordeados de retama, son aún de una tierra oscura entre los fértiles campos de labranza que se pierden entre los olivos de un cerro, como la paz de un oasis, rodeado por la violencia de un desierto inmenso.
Se ve un rebaño de ovejas pardas del color de la tierra, como si nada hubiese cambiado desde que se escribieron los primeros salmos de la Biblia. El rebaño inmóvil se confunde con las piedras y el pastor de éstas rocas, podría ser Dios o el Diablo, porque hay algo sobrenatural en el paisaje que pronto se convierte en abruptas colinas de arena, que descienden hacia el Mar Muerto.
Dividido en dos grandes lagunas, aparece el Mar Muerto. No hay oleaje, desde la orilla parece inmenso, incluso se diría que las montañas flotan en su superficie, por el gran contenido de sal y minerales que hacen el agua densa y pesada. A más de 400 metros bajo el nivel del mar, es el punto más bajo de la Tierra. Nadie puede resistirse a la experiencia única de introducir su cuerpo en éstas aguas pesadas y sentir, que por muchos esfuerzos que se hagan, los pies no tocan el fondo. Un mar impenetrable como la muerte, transparente y sin vida, sin peces ni algas; solo agua que deja ver un fondo arenoso en la orilla y se divide en dos mares, como enormes gotas de mercurio.
Una columna de sal, que bien pudiera ser la esposa de Lot, erosionada por el tiempo, parece despedirse del fantasma de la ciudad de Sodoma.
Entre los dos piélagos, sobre una roca de sílice, aparecen las milenarias ruinas de Masada, una antigua ciudad amurallada sobre la cresta inexpugnable de una gran montaña. Se ven bajar a las gentes que regresan de su visita a las piedras, por el camino de La Serpiente, una sinuosa rampa construida por los romanos, contemporáneos de Cristo, después de un prolongado sitio, con el objeto de destruir la ciudad rebelde a Roma.
Cruzando el inmenso desierto de Négev hacia el sur, se ven algunos beduinos que han plantado sus jaimas a la vera del camino, y los camellos descansan arrodillados. Cortando el horizonte, se alza majestuosa la cordillera jordana, en un encaje magnífico de roca roja que se rinde a los pies de Aqaba, donde los palestinos jordanos ondean su bandera.
Frente a las montañas que mueren en el Mar Rojo, en el extremo sur de Israel, se extiende el oasis de Eilat, ahora una ciudad floreciente por el turismo y su estratégico puerto, que como un soplo de vida, refresca los ardientes calores del desierto.
Desde éste punto del mundo, lugar geométrico de las civilizaciones, a la vista de la península de Arabia y las ciudades egipcias del Sinaí, comienzo el retorno al tiempo presente.




viernes, 8 de noviembre de 2013

Entre cartones





Tirita la piel entre cartones cuando vuelven las noches.
Los labios heridos de los propios mordiscos,
bajo un ruidoso techo de motores y de coches
y las negras sombras de los modernos obeliscos.

El estómago sangrante por las cuchilladas del hambre,
despierta la alerta, impidiendo abandonarse al sueño,
cuando la inquietud se desvela entre la cochambre
buscando el destino, abrazando el aire con empeño.

Los días risueños de risas y rosas son hoy un espejismo
de lo que fue ayer, cuando no importaba el mañana,
cuando los creadores del cielo, aún no abrieron el abismo
en el que el paraíso del edén se cubre de mugre urbana.

A aquellos vendedores de sueños y felices propiedades
a pie de playa, de soles de bronce y pieles morenas,
nada les importaba aniquilar el futuro de las ciudades
que aún soñaban con unicornios y doradas sirenas.

Desahuciado del firmamento el ángel caído se esconde
bajo las sombras del puente, entre condenados corazones
y deseos oxidados, buscando el lugar que le corresponde
mientras entierra la dignidad bajo un lecho de cartones.












martes, 5 de noviembre de 2013

Profesores del mundo





Volver a la escuela, es renacer, empezar a aprender, a caminar por los extraños caminos de otra lengua, otras músicas, nuevos compañeros con vidas diferentes en su haber.
Paso a paso, palabra por palabra, aprender en la madurez supone incorporar nuevas estructuras a los cimientos de las ideas que a su vez, necesitan ser apuntaladas y reforzadas.
Mexicanos, asiáticos, indios de rostro cetrino, mujeres caucásicas de piel azul, negros de sonrisa esplendorosa, compañeros de pupitre con quien compartir una tierra extraña y un lenguaje diferente. Todos con el común denominador de ser los primeros de su estirpe en otro país.
Lejos de la familia y de la propia infancia, buscando un nuevo hogar y trabajar duro para salir adelante, y cuando el sol se cansa de brillar sobre las espaldas, aún quedan fuerzas para volver a la escuela al anochecer y llevarse a la cama una nueva palabra con un sonido forzado por el acento que los años pusieron en las gargantas.
Los profesores se esfuerzan por conseguir resultados positivos, intentando comprender con paciencia infinita los diferentes sonidos del mundo. Su abnegación es encomiable. Nunca se verá recompensada por un sueldo,  su entrega a los problemas ajenos ni su atención a un alumnado adulto tan dispar, porque son conscientes de que necesitan, no solo aprender un nuevo idioma, sino también a sobrevivir en un medio distinto al que conocen, con nuevas reglas y nuevas necesidades.
La escuela de adultos es también un lugar de encuentro de las culturas y las costumbres de los pueblos y las etnias, donde los que van a aprender también tienen mucho que enseñar.

sábado, 2 de noviembre de 2013

El Galeno




Llegó a salvo al hospital, pero no se sintió bien del todo hasta recobrar su autoridad.
Había dejado de ser uno más.
Cuando paseaba por las calles abarrotadas del centro de la ciudad, caminaba con arrogancia entre desconocidos que le ignoraban y le conducían a los abismos de la soledad.
Se dirigió al paseo desierto que está junto al mar. Las tumbonas yacían desnudas y vacías frente al agua azul del día, donde todo su poder y su ciencia no valían nada.
Nadie lo reclamaba y era incapaz de reconocerse así mismo con claridad. Necesitaba otro par de ojos que le miraran para poder ver en su interior y decidió regresar.
Ya había cumplido su turno en el hospital, por lo que, compañeros y enfermeras, se sorprendieron al verle de vuelta, pero nadie preguntó nada cuando entró en su consulta cerrando la puerta a los cuchicheos y murmuraciones que surgían a sus espaldas.
Pidió por el teléfono interno que le pasasen los pacientes que esperaban en los pasillos y una voz sumisa le trató de Doctor.
Había vuelto a su reino, donde todos le rendían pleitesía, aunque en su particular corte, abundasen las intrigas.
Desfilaron uno a uno los pacientes con humildad ante él, todos conscientes de la desigualdad existente entre la enfermedad que padecen y la ciencia que se desprende del título de Doctor.
Postrados ante el médico, le confiesan sus intimidades, sus dolencias secretas; dispuestos a seguir a rajatabla todas sus recomendaciones, porque de él depende su destino final.
El Galeno, consciente del poder que le otorga su autoridad, se llena de orgullo desmesurado sobre los pacientes (que ahora son clientes de pago), respondiendo a sus quejas con un respetuoso desdén que lo engrandece.
Y el Galeno se hizo Dios y habitó entre nosotros.