viernes, 8 de noviembre de 2013

Entre cartones





Tirita la piel entre cartones cuando vuelven las noches.
Los labios heridos de los propios mordiscos,
bajo un ruidoso techo de motores y de coches
y las negras sombras de los modernos obeliscos.

El estómago sangrante por las cuchilladas del hambre,
despierta la alerta, impidiendo abandonarse al sueño,
cuando la inquietud se desvela entre la cochambre
buscando el destino, abrazando el aire con empeño.

Los días risueños de risas y rosas son hoy un espejismo
de lo que fue ayer, cuando no importaba el mañana,
cuando los creadores del cielo, aún no abrieron el abismo
en el que el paraíso del edén se cubre de mugre urbana.

A aquellos vendedores de sueños y felices propiedades
a pie de playa, de soles de bronce y pieles morenas,
nada les importaba aniquilar el futuro de las ciudades
que aún soñaban con unicornios y doradas sirenas.

Desahuciado del firmamento el ángel caído se esconde
bajo las sombras del puente, entre condenados corazones
y deseos oxidados, buscando el lugar que le corresponde
mientras entierra la dignidad bajo un lecho de cartones.












7 comentarios:

  1. Por fuerza de supervivéncia, tendremos que pensar que esos raíles, al final se comuniquen contradeciendo cualquier maldita lógica, que para algo tenemos escupitajo o trago al viento contra natura científica.
    Por afinidad, me enamora el ángel caído, me caigo a cada esquina.
    Besooooooooo.

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  2. No dejamos de buscar maneras de discernir tanta incongruencia, tanta falacia desembocada en desastre de dimensiones descomunales...
    Tú la hayas en tu entristecida y enrabietada poesía que se nos retuerce en las tripas poéticamente,sí, pero dañando como la misma realidad.
    Confieso que vivo permanentemente asustada, mucho de irritada, cantidades ingentes de desmoralizada...
    En fin.
    Besos.

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  3. Se me encoge el alma de solo leerte....

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  4. *** Tirita la piel entre cartones cuando vuelven las noches.
    Los labios heridos de los propios mordiscos,
    bajo un ruidoso techo de motores y de coches
    y las negras sombras de los modernos obeliscos. ***

    Hasta el alma queda congelada y no sólo del frio climático, DE LA SOLEDAD IMPUESTA, no hay cobijos donde acudir, no hay asistencias que te ayuden, ¿es que no hay personas?

    Hoy corresponde que me despida con tu otro nombre:

    Besos alma azul ♥♥♥

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  5. ¿Has sentido alguna vez que habitas en un enjambre?

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  6. hasta en esos cartones se debe luchar para que no nos roben la dignifidad y nos aplasten

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