Estos veranos ociosos de atardeceres tardíos, alejados de
aquellos otros de la adolescencia y sin embargo afines en las risas de media
noche, en las tabernas desahumadas donde se apiñan los sexos y las fantasías …
Estos veranos donde se acerca el pasado al futuro con la lentitud de los bueyes
sobre el calor de la tierra y el asfalto …
Ahora veo las ruinas de los tiempos que pasaron tan deprisa
que abandonaron las construcciones en el esqueleto y los palacios de vidrio y
titanio permanecen vacíos porque nunca la vida se instaló en ellos. Alfombraron
de hormigón la vía muerta del tren de los sueños y la vieja estación emparedada
a cal y canto. Escarbaron en las tumbas de los ancestros más primitivos para
traerlos a la luz desde las cavernas y ahora yacen en un mausoleo de feria
entre cristales impúdicos.
El saber de los libros se encierra en una jaula abierta a
los curiosos exploradores que se atreven a traspasar el umbral entre los
andamios de una caja polvorienta en la que no se han omitido grandes gastos de
afeamiento.
Como una frenética batalla contra la belleza, se invirtió
hasta el endeudamiento en construcciones inútiles, en servicios inservibles,
reduciendo los espacios y los hogares a celdas monacales.
No es de extrañar que el verano esté en la calle, en los
bordillos de las aceras o en las orillas del río donde se esparcen los residuos
de la fiesta.
El palacio de la isla donde se esconde la justicia tras las
túnicas negras ha quedado suspendido en el aire y las puertas sin escaleras
cuelgan del edificio como sayones al sol.
Pero el verano parece ignorar tanta crueldad y despilfarro,
esparciéndose por los campos y rendijas con su cálido aliento, como esperando a
un Apocalipsis que se cierne tras el inmenso circulo solar que cada tarde se
traga la tierra.
Yo he salido a este verano sin protección solar. Lo malo del Apocalipsis es que nunca llega y se conforma con amagar, para meternos miedo.
ResponderEliminar¡Bienvenido de regreso, Spaghetti!
ResponderEliminarEl verano es ajeno a la lógica e ilógica humanas. Tratemos de llevarlo lo mejor posible y de cargar las pilas para hacer frente a un año que pinta muy duro. Necesitamos mucha fuerza, valor y templanza.
Un beso
Lo primero decirte que me ha hecho mucha ilusión tu vuelta, espero que este tiempo fuera haya sido de tu agrado.
ResponderEliminarEn cuanto a tu entrada, es muy cierto lo que dices en relación a esos "gastos de afeamiento" , pero menos mal que "el verano ignora tanta crueldad, esparciéndose por los campos y rendijas con su cálido aliento"
Me gusta tu capacidad poética. Aúnas muy bien la crítica con la poesía.
Un abrazo fuerte.
Mercedes.
¡Ay Spguetti que has tomado fuerza!
ResponderEliminarAl fin se han contagiado tus dedos del movimiento interno que nos acucia y dictados por tu mente,arremeten contra el despropósito cruel, mientras, rememorando nostalgias,escribes fácilmente y de manera preciosa.
Un gusto volverte a leer.
FFFFIIIIUUUUU
Es,más o menos-más bien menos-el sonido de un spaguetti atravesando los labios :)
Vamos, un beso de pasta para ti de esta lunática.
Menudo repaso les has dado en forma de poesía. Hacer este tipo de reivindicaciones y que queden elegantes, no es fácil. Tú sabes hacerlo y muy bien por cierto.
ResponderEliminarUn besazo GIGANTE.
Se afea y se gasta en afeamiento. Veo que has estado por estas orillas del Arlanzón.
ResponderEliminarBesos
El verano no entiende de manejos sociales. El sigue su curso como si nada, sigue a la vida que se mueve sin ser vista.
ResponderEliminarMe alegro de verte de nuevo y poder disfrutar de tus palabras.
Un abrazo