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Al principio fueron los bancos, una vez que habían prestado todo su dinero con usura a cuarenta años produciendo intereses, empezaron a quejarse de falta de crédito al papá Estado y entre todos los que seguían pagando los intereses y los que no, les financiamos.
Les siguieron las grandes empresas con la amenaza del cierre y el despido de los trabajadores y hubo nuevos beneficios para mantener a cargo del erario unas industrias que siguieron regulando el empleo para mantener sus ganancias.
Le llegó el turno a la cultura, pero no a la educación, que tuvo que reducir sus presupuestos para beneficiar a los vividores de la "cultura moderna", directores de películas deficitarias de baja o nula calidad que reclamaban las sempiternas subvenciones que habían recibido arrimándose al poder. Músicos millonarios de la noche a la mañana exigían los derechos de propiedad intelectual con la amenaza de cerrar las webs de descarga porque reducían sus pingües beneficios con los que se habían comprado el palacio local y la mansión en el caribe. Autores de canción y media que pretendían vivir de eso toda la vida y que los consumidores, que tenían la deferencia de acordarse de su nombre, les pagasen los vicios.
A todos estos y otras fortunas que abrían fundaciones para reducir el pago de impuestos se les daba la leche de la vaca Estado.
Ahora que la vaca está famélica y exprimida cargan sobre las espaldas de los trabajadores la responsabilidad y la "conciencia" para que la vaca no se muera.
Me temo que la vaca va a estar delgadísima mucho tiempo y que las víctimas del hambre serán los de siempre...
ResponderEliminarY ahora quieren que seamos los pobres currantes los que salvemos a la vaca (como siempre)
ResponderEliminarUn beso.
Así es y añadir algo más es tan inútil como nuestros intentos por flotar este barco que han hundido.
ResponderEliminarBesos.
Siempre son los más débiles los que pagan "las consecuencias", no hay derecho a ello.
ResponderEliminarHe intentado comentarte la última entrada pero no hay opción para ello.
Un beso.
¿No será hora de alimentar a la vaca con alimento nuevo?
ResponderEliminarNO está abierta la opción a comentarios de tu entrada de arriba: te comento aquí, No conozco a esta chica que terminó su vida de esa forma tan trágica, pero si conozco a Cartagena de Indias. Una bella ciudad-puerto en el Norte de Colombia de estilo colonial y aire caribe.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero seguro que conoces a Juana de Arco.
EliminarAclaro: es muy posible que la haya visto en pantalla , pero no la tengo presente y menos pro el nombre. Aunque eso no es nuevo, soy un desastre a la hora de recordar nombres.
ResponderEliminarDisculpen me por olvidar habilitar la opción de comentarios ...ya está arreglado...muchas gracias por recordárlo.
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