El vuelco del mundo

Las cosas que suceden en la economía y en  la vida siguen caminos sencillos de lógica y justicia universal.
Ahora se sienten los lamentos de occidente ante los efectos devastadores de una crisis económica de proporciones desconocidas. Las empresas invierten en países emergentes abriendo nuevos mercados y ya no necesitan al exigente consumidor occidental para obtener sus beneficios.
Hay suficientes indicadores de cambios globales en las sociedades y formas de vida que compensan esta debacle del mundo "civilizado".  En Somalia ... el país más pobre del mundo, sin gobierno y vilipendiado por la "piratería" ... los salarios han aumentado en el  último año. También los países del lejano oriente ... tan explotados por los imperios occidentales ... están resurgiendo y aumentando su fuerza laboral, invirtiendo en investigación y educando como nunca a sus ciudadanos. Hay datos objetivos ante los cuales, volvemos la cabeza o nos fijamos únicamente en sus fracasos, creyéndonos todavía superiores. Pero el mundo ha empezado a igualarse aún  a base de grandes desigualdades, buscando la utopía del equilibrio global.
Tendríamos que aceptar con alegría vivir con menos para que los que nunca han podido ni tan siquiera vivir, puedan empezar a hacerlo.
Lo que es cierto a nivel local, que los ricos serán cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, pierde el sentido a nivel mundial, donde hay indicios de recuperación de los países pobres y de economías emergentes y desde donde se atisba el vuelco económico del mundo.
Todos los beneficios sociales conquistados durante siglos y que ahora vemos tambalearse,  son un lujo para otros, pero parece que ahora nos vamos resignando a perder, pero no por tener la conciencia de la transferencia de derechos sino por pura desidia, y aunque gritemos  indignados, no vamos a luchar, porque la justicia de un nuevo mundo así lo reclama.