Le dije que no escribiré mas versos.
Si tengo algo que decir lo haré en prosa,
que no me perderé en la nebulosa
tratando de escribir poemas dispersos.
Que ya no inventaré más universos
porque mi poesía es desastrosa
y pesa sobre mi como una losa
a la hora de tratar temas diversos.
Pero ella no lo aceptó e insistía
para que yo escribiese un sexoneto
con el ordenador sobre su espalda
perdiendo el respeto a la poesía
y tomándome por un hombre-objeto,
de pronto, me arrastró bajo su falda.
Continuará en prosa......
No sé si me falta alguna sílaba, pero ustedes comprenderán que no es una postura muy cómoda para teclear, medir, rimar y remar al mismo tiempo.
ResponderEliminarEn esa postura se entiende de todo menos de métrica.
ResponderEliminarUn abrazo y, entre nosotros, yo prefiero la prosa.
Parece que viene dura la mano y con mucho arrastre....
ResponderEliminarVeremos como sigue...
Escribir sobre la espalda de la mujer amada...
ResponderEliminarEstá graciosa esta primera parte, pero creo que tienes razón, te ocurre igual que a mí, no se te da tan bien la poesía como la prosa.
ResponderEliminarUn placer visitar tu espacio.
Un abrazo.
Buen sentido del humor.
ResponderEliminarEsperaré a la continuación que hagas... en prosa.
Un beso.
Mercedes.
Ciertamente resulta difícil mantener el equilibrio queriendo diagramar tantas cosas..........sigamos los pasos pues de esa prosa....
ResponderEliminarAbrazos!!