Viví demasiado tiempo en el páramo de la muerte.
Lloré antes de partir junto al divino panteón del desterrado, bajo rosas de piedra de añosos pétalos bordadas en las torres que tejieron las hadas.
Crucé a la otra orilla de los océanos.
Aún tengo cicatrices del dragón de tus cuentos.
Me deshice del hechizo sustituyendo lo insustituible por lo prescindible.
He cambiado mucho para volver a ser como antes.
Tristeza?
ResponderEliminarMelancolía?
Soledad?
Ya sabes, para atrás ni para tomar impulso.
Besos lluviosos
Pilar M. Sancho
Hay viajes que duelen mucho hasta encontrarnos. ¿Qué hacer entonces? Aceptarnos.
ResponderEliminarviajes al retorno con la memoria goteando y las piedras del camino provocandonos
ResponderEliminarbesitos y feliz semana
wow precioso escrito lleno de sentimientos mezclados
ResponderEliminarmucha nostalgia mucho sentimiento en tus palabras
una entrada exquisita me a encantado pasar a leerte
gracias por tu presencia en mi espacio
te dejo muchos saludos, tienes un blog real mente maravilloso
que tengas un lindo día.
ese viaje hacia si mismo, es el camino del héroe.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta este poema por su construcción y por su madurez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes.