viernes, 6 de septiembre de 2013
PLACER Y PENITENCIA (Epílogo)
La siguiente noche de luna llena volvieron a celebrarse las cenas de los viernes en la mansión de los Fitgerald, a pesar de la infinita y dolorosa ausencia de Cinthia.
Fui invitado en compañía de George y Charles entre los demás comensales y pude ver a Samuel que había reiniciado sus labores en el establo.
A la hora del Champagne, Mr. Fitgerald propuso un brindis en memoria de su hija Cinthia y todos se sumaron poniéndose de pie y en silencio levantaron sus copas.
La noche estaba callada y la luna inmensa iluminaba la pradera y las caballerizas, cuando se escuchó, mitigado por la distancia, un relincho de placer que provenía de la antigua cuadra de Gift, ahora ocupada por una nueva y esplendorosa yegua rubia.
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El ciclo vuelve a reiniciarse, pero siempre hay un desencuentro: ahora ella es un animal y Samuel volvió a ser humano.
ResponderEliminarLo que no me queda claro es que ocurre con Gift ¿se ha escapado y ahora vaga en libertad?
Queda el consuelo de pensar que Samuel cuidará a la yegua rubia.
Marcelo, me parece que sos un romántico empedernido.
Un gran bsazo .
¡Ah!, el ciclo eterno de la vida.
ResponderEliminarQue final más intenso y con tanta carga emotiva. Que triste. Bravo Marcelo, sin dejar de expresarlo con una delicadeza exquisita. Un beso Marcelo.
ResponderEliminarJa,ja,ja
ResponderEliminarGracias!!!
Ahora me parece divino de la muerte este final.
:)
Que plasta soy,¿eh?
Besos.
Sí, es cierto, ya te lo han dicho los demás....el ciclo,...la rueda vuelve a girar...algunos tienen más suerte y giran al mismo compás...
ResponderEliminarBesos siempre...
Cada uno va ocupando su lugar, genial¡¡
ResponderEliminarBesos muchos ♥♥♥