miércoles, 11 de septiembre de 2013

El desengaño




La primera vez que fui al cine, me enamoré, con esa pasión dolorosa de la primera vez. Sentí una compasión sincera por aquella niña que cantaba en la pantalla mientras sus ojos parecían a punto de inundarse de lágrimas. Creí en su tragedia, que parecía aceptar cantando y en el tormento de su corazón. Pensé en cómo podría ayudarla, si un día llegara a conocerla, pero alguien dentro de la pantalla se me adelantó, destruyendo mis horizontes y mis soñadas pretensiones, aunque me reconfortaba verla sonreír a ella cerca de sus labios, que acabaron en un beso.
Cuando salí de la sala, aún estaba bajo el hechizo de la desolación. La noche se había desplegado infinita y triste, y las calles configuraban extraños decorados que no pude reconocer de inmediato.
No podía separar mi destino del de aquella muchacha rubia que cantaba.

Con el tiempo supe que todo en el cine es mentira, que no se sienten los besos que se dan y que de igual forma no mueren los villanos, ni los héroes realizan grandes hazañas, que cuando pronuncian palabras de amor, solo son falsos sentimientos; y que la niña pobre de la pantalla, vive en realidad en una casa maravillosa, mayor incluso que la de la madrastra y en una urbanización de lujo.
Ahora ya sé que también pasa en el teatro, que mienten cuando dicen ser madre e hijo y en la  realidad ni siquiera son del mismo pueblo. En la ópera mienten cantando y a coro. En los libros, cómo no, te cuentan historias, versos, fórmulas, romances, inventos...que al poco tiempo veremos refutados, en otros libros.
Quizás la vida sea también una ficción decepcionante, llena de falsos profetas, políticos perjuros, estafadores disfrazados de benefactores, amantes que prometen lo que su corazón nunca cumplirá, soñadores de palacios imaginarios, viajeros del más allá...
Un día, cuando regrese al cine, al teatro o a los libros, empezaré a creer en el instante en que sucede la acción, que es la única verdad, la que se siente.

7 comentarios:

  1. En realidad, la ficción es el único refugio plausible para comprender la realidad. Yo también me enamoré en una de mis primeras veces de sesión continua. Era una película de serie B, de una heroína en una selva.

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  2. Bueno el cine puede llevarse dentro, no hay que desesperar, un abrazo.

    feliz semana.

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  3. Asi es ves un lago de un color tan azul, una vegetación maravillosa, una familia perdida........ y la angustia es terrible; va a llover y los pobres niños, va a quemarles el sol, que van a comer? todo esto era mi realidad, mi desasosiego. Pero el refugio está en cada momento, aunque siempre he pensado que hacemos una pelicula maravillosa de nuestra propia vida intentar hacerla lo mas genial posible y sobre todo compartirla.
    Estupenda realidad, que quizas sea una ficción, pero esta es un escudo.
    Un beso cariñoso. Marcelo.

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  4. "La vida es un carnaval", como cantaba Celia Cruz... creo -y quizás no soy tan optimista como la letra del tema- que vamos por la vida con una máscara (o varias) que usamos según las circunstancias.
    La vida también es una ficción, como una telenovela de la tarde...
    Abrazo, Marcelo.

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  5. Me ha parecido una forma maravillosa, una narración que se mueve entre la ternura, la tristeza y la nostalgia, de de decir que la realidad supera la ficción.
    Un abrazo.

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  6. Todo es una mentira hasta la propia vida que parece un teatro y además la tenemos alquilada hasta nuestra muerte.

    Precioso escrito.

    Un beso.

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  7. Y quién sabe realmente cuál es la verdadera verdad...Cada cual inventa su propia historia, parafraseada en este escenario que se nos dispone para transitarlo...

    Besos...¿verdaderos? Quien sabe!

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