jueves, 4 de abril de 2013

La erótica de la inocencia (XII)




Los tres imputados declararon por separado ante la policía los detalles de la acusación y también otros abusos contra chicas de la universidad entre los que se daba el nombre de Sofía Phillimore, aunque éste caso no había sido denunciado.
Marco leyó la noticia en una terraza sentado, Se le apretaron los dientes de rabia infinita, sin comprender el silencio que marcaba su pasado y pensó en regresar al sur ese mismo verano. Quiso saber de primera mano todo lo que ocurrió desde que la distancia abrió un abismo entre su vida y la de Sofía hace ya dos años. Consiguió hablar con su madre, con la que estuvo casado, quien le proporcionó la dirección de una cuenta del banco en la que, el que decía ser su padre, le ingresaba las asignaciones que el juez de paz había estipulado.
Tomó el primer vuelo meridional, hasta la ciudad intermedia y en la vieja estación subió al expreso que le acercaba a su destino. Pasaban veloces por la ventanilla los campos dorados del sur con las espigas cargadas, bordeados de retama. Pensó entonces en sus cabellos más rubios que el sol que a estas tierras alumbraba; en el vello imperceptible y albino que se erizaba con la música y la paz que con ella respiraba. Pero no podía apartar la imagen de esos tres muchachos con sus seis manos rodeándola y sentía una profunda náusea que le vaciaba las entrañas. Si antes lo hubiera sabido, los habría matado a los tres, delante de toda la clase y sin ningún remordimiento, se hubiera ido a la cárcel.
Con el paso decidido se encaminó hacia el domicilio que figuraba en la cuenta del banco; era la última casa, solariega y soleada, al final de la calle empinada, desde donde se divisaba la sierra azul a lo lejos tras los campos y los rebaños de lana.
Llamó a la puerta tres veces y después empujo el postigo que cedió sin resistencia. Dudó en dar un paso al frente cuando escuchó la risa de un niño, pero luego, preguntó al vacío por el nombre de su amada.

5 comentarios:

  1. Se quiere echar marcha atrás a partir de una noticia, no se está a tiempo pelo rubio ahora canoso, tampoco vale la rabia de la venganza para calmar el dolor por lo perdido, no vale, se llega tarde. Besitos muchos.

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  2. Siempre he concebido el vals como el preludio de algo mágico, y aquí, parece musicalizar un logro ardientemente anhelado.
    El tiempo no es óbice para la culminación de un suceso largamente soñado,sólo varía el entorno,tal vez el físico e incluso, si llegamos más lejos,parte de los pensares.
    Sin embargo,permanecen fieles los sentimientos arraigados cual raíces,esos que calladamente se fueron abriendo paso desde el corazón.
    Ojalá tras el llanto y en medio del vacío,surja el vals de la presencia añorada.
    Besos.
    Ahhh!
    Gracias a ti por dar valor a mis humildes aportaciones que no son más que pequeños comentarios respecto a lo que siento tras leer tus relatos o escritos.

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  3. Infinitas gracias por emocionar nuestros sentimientos con la bella y profundidad que nos obsequias en letras.
    Miles de besinos de esta amiga con inmenso cariño.

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  4. ay..... no entiendo... ¿EL prof. Marco estuvo casado con la madre de Sofia?

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  5. la risa de un niño y el vacío: yo he oído ese contraste

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