Pequeña ciudad urbana, de tres generaciones vivientes, a veces mezcladas por el amor o por cercanos parientes. !Cuantos secretos guardan sus murallas y sus plazas!. Secretos de alcoba, de amantes compartidos en secreto, de romances imposibles a otros ojos, pero que abrasan en la penumbra y ante la inevitable coyuntura de los encuentros disfrazados de fortuitos, cuando se sientan a la mesa de la vergüenza y el disimulo, las esposas, los amantes, los mejores amigos, el cornudo, la niña impúdica, la madre infiel, el casanova, el tio duro sin escrúpulos y todos y todas saben y comparan en un silencio oscuro.
Pequeña ciudad castellana, de silencios calientes, donde se calla el delito de amar a quien no se debe, y quien no es cómplice es parte del crimen, donde no hay ausentes y si no nos reconocieran sería una orgía permanente. Pero sabemos quienes son los que prestaron sus brazos, las que ofrecieron sus senos y el tiempo que pasó entre el otro y yo, quien nunca fue mi enemigo, ni tan siquiera un competidor por tus encantos.
!Oh pequeña ciudad! o gran familia o quizás, una corte desgastada por las erosiones de eros. Aún suenan los céfiros entre tus labios y sus orejas, con suspiros de amor y rechinan los dientes de venganza.
Sentados frente a frente en la mesa de la vergüenza y el disimulo se hablarán de estrategias, de cálculos, de dineros, enfermedades o de fútbol y ellas parecerán interesadas en lo que a nadie le importa porque bien que conocen el tacto de las yemas de los dedos de ambos y de otros que todavía no han llegado, sus lenguas y su potencia viva. Lo que todos están pensando.
¿No serás de Ávila? Lo digo por las murallas y por lo de ciudad castellana.
ResponderEliminar¡Cuántos secretos por descubrir y cuántos disfraces colocados!
Un beso muy fuerte, precioso.
Towanda, las pequeñas ciudades castellanas se parecen, en sus murallas, en el espíritu de sus templos, en sus glorias pasadas, en el carácter recio de sus habitantes, nací en una ciudad burguesa por ser Burgos su nombre.
Eliminarbesos.
Esos secretos impúdicos ante los ojos de una sociedad muy muy marcada en sus genes
ResponderEliminarUn besote
Ciudad que conserva parte de sus murallas y dos hermosos arcos mudéjares en ella. Piedras que guardan secretos.
ResponderEliminarBu bu bur...
Besooos
Abejita, tu conoces la ciudad y todos sus chascarrillos...sigue guardando tus secretos.
EliminarMe gusta especialmente este pàrrafo: !Oh pequeña ciudad! o gran familia o quizás, una corte desgastada por las erosiones de eros. Aún suenan los céfiros entre tus labios y sus orejas, con suspiros de amor y rechinan los dientes de venganza.
ResponderEliminarMaravilloso blog Un abrazo
ResponderEliminary si escuché tu silbido
:)
El tiempo es magnífico, no sentimos calor y algunos dias a las doce, cuando ahí será morir, nosotros estamos con un airecillo maravilloso.Por las noches paseamos por un magnífico paseo lleno de estatuas y jardines,y con abrigo y todo, en dando las doce nos dice D. Martin vámonos de aquí (no) se puede estar. Algunas gentes llevan gabán de invierno
ResponderEliminarSi fueras García Lorca ... sería un gran honor que regresaras desde la eternidad a publicar tus viejas cartas en mi blog.
EliminarPero Castilla siempre desconfió de los poetas forasteros, pregúntale a Machado.
Las vetustas ciudades siempre guardan secretos y tu lo dices ¡Tan bien!
ResponderEliminarMe gusta tu sensibilidad y como la traduces a palabras.
Un abrazo.
PD ¿seremos vecinos de nacimiento?
Mercedes, somos vecinos de sentimiento.
Eliminarbesoss.
Qué bueno y qué cierto!!!
ResponderEliminarA veces uno se siente demasiado apresado en estas ciudades, bajo los ojos de demasiada gente y sin la libertad de amar a quien se ama. Reconozco esa atmósfera.
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