Adoro tus mentiras, ya no podría vivir sin ellas,
tan inocentes, tan bellas...
Sueño que son verdades, tus verdades,
mentiras a medias...
como cuentos de cuna
inventados por ti,
para dormir a la luna.
No hay intención de engaño
solo de justificar cierta actitud...
tratando de no hacerme daño...
y presumir.
Yo no me atrevo a decir
que no creo en este amor...
porque no hay otro mejor
que el que cada día inventamos.
cómo duelen algunas mentiras cuando nos las creemos...
ResponderEliminarHay cierta complicidad en esas mentiras consentidas.
ResponderEliminarUn beso
¿Dónde acaba la mentira y dónde comienza la verdad? ¿Acaso no hay verdades que esconden la mentira y mentiras que esconden verdades?
ResponderEliminarUn abrazo.
De mentiras está el mundo lleno, pero algunas, pues sí, son adorables. Un beso.
ResponderEliminarAmar hasta las mentiras es amar mucho!
ResponderEliminarPero lo dices tan bonito,que hasta dan ganas de que se nos mienta.
Besos.
Yo te deseo un amor construído de verdades adorables, aunque no sean tan bellas...
ResponderEliminarUn beso.
Mmmmm como escribes, poeta... Y no es una mentira.
ResponderEliminarBesos.
Me gustan los diálogos abiertos, sinceros, sin tapujos ni mentiras....
ResponderEliminarEstas mentiras así contadas son verdades soñadas pero si inventas el amor cada día de forma verdadera, ahí no tienen cabida las mentiras.
ResponderEliminarBesos de gofio.
¿Y qué ocurre si en verdad es que se miente uno a si mismo para poder adornar lo que nos rodea, embelleciendo aquello que tanto anhela?
ResponderEliminarBesos.
El escrito es bonito y en ocasiones verdadero,pero me quedo con una amor sincero y claro...porque las mentiras al final mal..
ResponderEliminarUn abrazo.