viernes, 11 de octubre de 2013
DOS ENTREVISTAS (Segunda cita)
Segunda cita.
Había transcurrido un mes entero desde la primera cita, cuando Mister M. me propuso encontrarnos de nuevo en la misma terraza del balneario. Como siempre acudí yo primero y le vi llegar puntual pero con el paso cansino y un aire afligido. De todas formas desplegó una sonrisa amistosa al verme.
Fue inevitable preguntarle por la relación con su amada, de la que tanto me había hablado la última vez, y respondió con un gesto de desolación, con la mirada perdida en una noche profunda. Todo había terminado, las circunstancias no permitieron continuar viviendo en un sueño. Ahora se encontraba inmóvil frente a un abismo, sin consuelo ni esperanza. Hablaba desde la lejanía, como al que la vida le ha abandonado y el eco de sus palabras retumbase en un sentimiento vago.
Se había anticipado en todas sus alegrías y sus aspiraciones de una eterna unión, que ahora se habían transformado en un oscuro silencio sin horizonte.
Se sentía aislado del universo donde el futuro no existe, y nada de lo que tenía delante podía aliviar su tormento. Cualquier intento de recuperar lo perdido hubiera resultado baldío, ante la certeza de que el tiempo no retrocede y los felices recuerdos solo hacen daño cuando el alma se desangra.
El miedo se había apoderado de su corazón martirizado. Le faltaban fuerzas para huir de sus angustias bajo el martillo del silencio.
Quise abrirle los ojos ante un mundo de amistades donde es posible la risa, pero todo intento resultaba inútil, ante tanto sufrimiento. Tan ciego es el amor como profundo es el dolor de haberlo perdido.
Me di cuenta de que estaba ante un hombre sin alma, vacío o vaciado de la vida que antes rebosaba por sus ojos y por todos los poros de su piel, convertido en uno más de los que deambulan con el corazón roto.
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El amor o el desamor como única salida, al quedarse sin amor se queda sin vida, se entrega, se abandona, triste y sucede. Una entrevista que deja pósito amargo como el café pasado y sin azucar.
ResponderEliminarBesito
Una entrevista un tanto surrealista, tan solo por prestarle tus oidos y hombro donde llorar te debería dar el trabajo, porque la entrevista era para eso ¿no?.
ResponderEliminarAl igual me despiste con tanta amargura amorosa.
Besos de gofio.
Los amores que terminan y dejan muerto el corazón, son amores egóicos. Cuando realmente se ama, se guardan los sentimientos e instantes maravillosos que produjo y se sigue viviendo con el calor de esa experiencia.
ResponderEliminarBesos, Marce.
..."Mi madre solía decir que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que mereces o deseas.
ResponderEliminar- Déjalo salir a raudales- decía-. Abre tu corazón y no tengas miedo de que te lo rompan. Los corazones rotos se curan. Los corazones protegidos acaban convertidos en piedra..." (El café de los corazones rotos de Penélope Stokes).
Lo malo que cuando está roto hay que dejar que toque fondo para volver a subir...
Besos
Es sorprendente el efecto en el orden de publicación de las citas.
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