Dios eres tu y yo y la humanidad.
Ésta es la verdadera trinidad.
De que éste Dios existe, no hay duda.
Tu y yo existimos como existe la humanidad, en constante proceso de renovación y progreso, tanto en número como en conocimientos.
El misterio que encierra es que es el mismo Dios el del conjunto, que el de cada uno de los elementos que lo componen (siete mil millones y en aumento).
El ser humano es el Creador de todo el mundo conocido e imaginado. porque solo él puede hacerlo.
Es el creador de todos los caminos, los atajos y las vías muertas. Los ojos humanos crearon las flores y les dieron nombre y los sentidos del hombre crearon sus olores a los que también dieron un nombre, como a todas las cosas de la tierra y del universo.
El ser humano es el progenitor de la vida y de la muerte. Él ha creado sus propias células vivas que mueren y se regeneran constantemente, como el propio ser humano.
De la misma manera, la humanidad ha creado y sigue creando todo cuanto va necesitando incluso sus propias necesidades, la materia y el espíritu, lo real y lo imaginado. Ha conseguido atraer el agua hasta su casa y crear la luz en las tinieblas. Ningún otro Dios, había conseguido antes tales logros.
Los seres humanos han creado el arte y la belleza invisible de la música y son responsables del alma necesaria para sentirlo.
Hemos inventado el espacio y el tiempo y la velocidad en recorrerlo, Llegando a desplazarnos, en solo unos instantes de un punto a otro del planeta.
Hemos inventado la historia, incluso antes de que existiese el hombre y la historia misma.
La humanidad y el individuo son indivisibles porque lo creado por los hombres forma parte del todo y los conocimientos adquiridos se acumulan formando parte del acervo intelectual, cultural, espiritual y material que se trasmite de unos a otros y entre todos.
El ser humano creador del bien y el mal y el único capaz de diferenciarlo, es Dios y Diablo a la vez, lo que le hace un ser superior a todas las deidades menores por él mismo inventadas para servirle y completar sus ansias de saber.
Es bueno y generoso por naturaleza y no necesita leyes escritas para alcanzar la gloria porque es suyo el placer y el amor como suyo es el dolor y el error. Incluso es capaz de negarse a sí mismo y su poder continuado a través de los siglos.
Debiéramos ser conscientes del Dios que somos y del que formamos parte a la vez. Creyendo en nosotros mismos, en lo que hemos conseguido y en lo que somos capaces de hacer.
Hermoso canto a la humanidad, existimos y a la risa la llamamos risa, al llanto llanto, al mar mar, a la estrella Osa y al sol lucero. Existimos para amar y somos capaces de matar, de aniquilar incluso la natura, somos capaces de la ternura y de escribir, bailar, componer, pintar, corromper, robar...Un día hace siglos, con el miedo inventamos a los dioses, otro día los negamos, unos creen otros no. En nuestras manos la soberbia crece, en nuestras manos están otras manos, muchas, nos mantenemos a base del cálido contacto humano que atraviesa cualquier distancia, nos reconocemos, la soledad nos huye por un instante al sabernos muchos inmersos en parecidas fragilidades.
ResponderEliminarEra necesario este escrito que nos regalas amigo, gracias y un besito que cruza océanos.
Qué bonito esto que escribes, qué inspirador y acertado; recomendable también.
ResponderEliminarPor qué será entonces,que opinando lo mismo, no siento yo esa deidad que debiera en mí ni en la mayoría de la gente?
Tendré que mirármelo,queridísimo Spaguetti,¿no crees?
Beso grande.
Panteismo en estado puro.
ResponderEliminar:-)
Eso mismo digo yo, el Dios que nos venden, el del cielo, el que todo lo puede y no hace nada no existe. Yo soy mi diosa y mi demonio.
ResponderEliminarBesitos.
Pienso igual porque creo en ese Dios y en el potencial del ser humano.
ResponderEliminarMe gustaría referirme a Marinel, con tu permiso Spa: Hace unos días descubrí a un jugador argentino profesional de rugby con la misma discapacidad de mi hija (eso es otra historia) y quise contactar con él.
Pedí ayuda para hacerme con su e-mail en un mensaje en el face de un conocido argentino y la bola comenzó a moverse en cientos de muros face de personas que ni siquiera conocía. De face a twitter...
(Es una peazo historia y muy emotiva, la verdad).
Eso fue un viernes por la noche y el lunes ese chico, el jugador con discapacidad, le escribió un correo a mi hija lleno de esperanza y positivismo.
Ahora díme, Marinel, si tú, yo, el jugador, las personas desconocidas que se volcaron con una idea que se me ocurrió... díme si no somos algo especial; divino. Cada uno tiene un tiempo para poder demostrar lo que tiene dentro.
Un beso, y mil perdones a mi chico y a los demás.
Besos, Spa, que me ha encantado, que comparto el modo de pensar que tienes y que eres fenomenal.
Estos días he estado releyendo recortes que conservo de escritos que resultaron significativos para mí en distintos momentos de mi vida por diversas razones. Y me encontré con uno que dice algo en lo que creo más que en Dios mismo, y admito que soy profundamente creyente, aunque no suena posmoderno decir algo así. Una de las grandes trampas de la búsqueda de lo divino es creer que existe un solo camino para encontrarlo. Por eso me encanta tu detallada descripción de tu propia búsqueda de lo divino. Lo que más nos aleja del Creador es el juicio de nuestro prójimo por buscarlo por no creerlo capaz de encontrarlo por el camino que él mismo elige.
ResponderEliminarBesos.
De acuerdo: En cada uno de nosotros está todo el Potencial, para lo bueno, para lo malo. Y nuestra es la elección.
ResponderEliminar¿Alquien se lo puede decir a Su Santidad el Papa?
Estamos solos y es terrible.
ResponderEliminarBesos
Ignoramos el poder que tiene la HUMANIDAD y de lo que somos capaces de lograr sin tener que invocar a nada ni nadie.
ResponderEliminarYo CREO en las personas.
Besos de gofio.
Es inspirador compañero. Ese poder está en nosotros lo tenemos para ser lo que somos y más...
ResponderEliminarUn besote
que hermoso escribis
ResponderEliminarme deleitan tus textos
Siempre lo he dicho: Es el hombre quién creó a Dios y no al contrario.
ResponderEliminarMuy buena entrada
Creo que fue Sagan el que decía que estamos hechos del mismo polvo que las estrellas. El problema es cuando nos empeñamos hacer estatuas de barro y nos empeñamos en adorarlas.
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