He venido a soñar y el sueño me ha traído a éste lugar,
Donde a pesar de los cambios, permanecen las noches
perdidas,
el azul de los días en la antesala del verano,
la lentitud de las rosas besando el calor tan esperado.
Sueño a la luz del día, jugando con la tierra que tantas
veces he pisado,
y en lo alto de las piedras, los ángeles y los santos desde
la esquina del templo, observan de
soslayo, el movimiento en la plaza, de
romeros y paisanos.
Por la calle de la adolescencia, pasan los estudiantes con
libros bajo el brazo y aquella muchacha que perdió el paso para detenerse en un
banco y atarse los zapatos.
Contemplo las afiladas torres, como mástiles de un barco que
navega por los océanos del recuerdo, cansadas de soportar el cielo que se
cierne sobre los tejados.
Las gárgolas burlonas, abren sus bocas saludando a los
peregrinos, caminito de Santiago.
Recorro la corriente del tiempo, a través de unas fotos
viejas, viendo en el que yo fui, lo poco que he cambiado.
De nada sirvieron los años que intentaron borrar la sonrisa
a golpes en el alma, desbocando los caballos en las frías noches de desamparo,
porque siempre vuelve en los sueños, a sonreír el pasado.
Pero sin nostalgia, sin lastres pesados, mirando siempre
hacia adelante, como peces al plenilunio, brillan los sueños alados.
Spa, los sueños nos llevan a lugares lejanos y a otros que también pertenecen a nuestra historia, para que verifiquemos las mutaciones que el tiempo ha causado en nosotros y en en esos sitios, que alguna vez fueron nuestros.
ResponderEliminarHermoso poema en prosa, que se despliega entre sueños y recuerdos.
Bsazo.
Las gárgolas hacen unas risas cuando ven a los guiris con calcetines y sandalias. Todo permanece y todo gira. Y cambia el ojo que lo mira.
ResponderEliminarBesos
Siempre adelante. Tú no eres ya el de las fotos.
ResponderEliminarLos sueños alados te llevan a parajes insospechados en donde otras realidades pueden ser Y tu él que eres de Verdad, en pleno.
ResponderEliminarBesos, Spaghetti