lunes, 4 de marzo de 2013
Paradojas
Aunque el poder y la corrupción han ido de la mano desde sus orígenes, no se deben confundir los términos. Hay una clase política honrada, filántropa, preocupada por el bien común y la cosa pública.
En estos últimos tiempos, como en pasajes anteriores de la historia, se ha debilitado la imagen del poder político por su descarada fusión con el poder económico y los casos de corrupción son tantos y tan flagrantes, que crean una bruma venenosa que difumina el panorama e impide separar la paja del grano
Pero hay políticos preparados, con los dones de la oratoria y capaces de tomar decisiones arriesgadas pensando en el bien del pueblo. Los hay, porque necesitamos que los haya.
De la misma forma tampoco se debe confundir al ser humano con la chusma ignorante y violenta. ni a los sufridos ciudadanos con esa vorágine que vocifera en las plazas sedienta de sangre.
Sé que hay suficientes razones para las protestas, por parte de los contribuyentes, forzados a participar en el injusto reparto de la riqueza y llevando la peor parte. Que el impulso natural de los instintos nos lleva a arremeter contra todo lo que no está de nuestro lado. Que parece ser siempre otro, el responsable de nuestras penurias, el político de turno, que si no es el culpable, será el cómplice o el que lo permite desde su estrado.
En los medios de comunicación no faltan los sembradores del odio, los resentidos, que desde su atalaya arengan al pueblo, ya de por si enfurecido. Los que se aprovechan de la ceguera colectiva, y con lenguaje bastardo, echan más leña al fuego.
Estas valoraciones de baratillo, oscurecen aún más el panorama, dejándonos llevar por el engaño y ver que un político, lo es solo por ambición personal y no por vocación solidaria, y ésto es lo que hay que evitar o nos llevará a una debacle a la italiana, ahuyentando cualquier aspiración de gobernar un país ingobernable.
El país necesita políticos fuertes y honrados, capaces de restaurar la confianza perdida en sus gestiones de gobierno, que tomen decisiones independientes de las presiones de los mercados, pero también necesitan el apoyo necesario de la ciudadanía, mermado hoy por el descontento general. Pero en un ambiente tan agresivo con la clase política resulta muy difícil encontrarlos.
Que no se confunda nadie, no voy a defender a ladrones ni de alta ni de baja estofa, porque no soy la Pimpinela escarlata ni Robín de los bosques.
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Generalizar no es bueno, siempre hay buenos, malos y peores, y es cierto que los medios de comunicación a veces son muy tremendistas y hacen incluso juicios paralelos a los de la justicia, y valga la redundancia pero no es justo. Necesitamos gente honrada que nos devuelva la confianza, algunos habrá.
ResponderEliminarBesicos.
Hemos llegado al punto de fusión,que suelo decir yo,donde todo lo fundimos dentro de la misma cazuela y nos lo comemos sin masticar tan siquiera porque se nos hace indigesto...
ResponderEliminarCreo que la mayor parte de culpa la tienen ellos,esos políticos indignos que nos ha tocado en "suerte" y nos hacen echar en falta a los de verdad, que por cierto...
¿Dónde están si los hay?
:(
Besos.
EL país, LOS países, necesitan una regeneración de toda la casta política... basada en una democracia real cimentada en Valores como la Solidariad, la Justicia Social, el Respeto, etc.... valores que nos hagan crecer como seres humanos en lo individual y en lo social.
ResponderEliminarBesos
Nuestra democracia otorga demasiados privilegios para toda una clase política que no ha hecho nada por merecerla. Mi preocupación es aún mayor cuando veo pocas soluciones en el horizonte. Los actuales líderes no son libres, sino esclavos de poderes ocultos e intereses creados. Cuando un político íntegro tiene cadenas eso lo hace aún más peligroso. Lástima que nuestro pueblo eche en falta mayor profundidad intelectual, mayor educación y formación académica. Pero claro.... a qué político le interesa que un pueblo piense por sí mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Sacamos el candil de Diógenes?
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