Reviso la lista de la compra.
con unas palabras debajo de otras,
sin las gafas, parece una poesía
de las que escriben los diletantes,
como las que yo escribía antes,
y ahora vergüenza me daría.
Me asombra ver en la lista
que necesito un abrelatas,
que resulta rimar con patatas,
si no me traiciona la vista,
También necesito tomates
que mirando más abajo,
sin las gafas, qué trabajo!
veo rimar con chocolates.
Me voy al supermercado
antes que se haga de noche,
las gafas las tengo en el coche
para ver lo que he apuntado.
Espero que, como yo,
nadie confunda un poema
con la compra como tema,
como hoy aconteció.
Ahora la que ríe soy yo. Es que eso de la lista de la compra da mucho juego.
ResponderEliminarGracias porque lo has conseguido y falta me hace.
Un abrazo.
Es un placer ir a la compra con un poema vestido de necesidades, y salir del supermercado envuelto en versos repletos de alimentos y agua.
ResponderEliminarMe encantó este poema tan original.
Un beso.
Ja,ja,ja
ResponderEliminarQué bueno!
Pues si la vista no me falla,hago de capa una salla y en el súper la armo yo,porque hice la lista sin gafas,me dicen el precio en la caja y digo con gran fervor:
Hay que estafa por favor!
Y no...
Es que me equivoqué yo...
Un poema me llevé,frivolidades compré----;)
Buenísimo de verdad.
Besos con gafas.
Ustedes me perdonarán esta falta de respeto a la poesía - si es que alguno ha pensado que este engendro es un poema -, Ha sido una pataleta. Cansado de leer cosas así, y en tonos mucho más trascendentales, he decidido probar con la lista de la compra.
ResponderEliminarUn poema no es una lista, una frase corta debajo de otra, no, sino algo que nos conmueve, que nos produce sensaciones fuertes, con su equilibrio y su estética. Creo que terminaré borrando este post, más que por respeto, por veneración a la poesía.
Todo poema, en el fondo, es eso: una lista de la compra, casi siempre frustrada.
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