Soñaba que un nuevo orden del universo se tendía junto a mi
mientras dormía, que se abría una nueva esperanza sin grietas ni fisuras y
brindaba con el vino de la libertad por el cambio producido. Un vendedor
ambulante traía cosas insignificantes desde remotos lugares, donde quizás
tuviesen algún valor, pero los consumidores habían decidido comprar solo las
cosas importantes.
La luz, surgida de las profundidades del azul, se estrellaba
contra los ventanales, produciendo una lluvia de fragmentos de oro y plata, que
caían dulcemente sobre las cabezas de los viandantes, liberándolos de su
angustia.
Todo lo que amamos porque no lo podemos poseer, lo
despreciaríamos si lo tuviésemos, pero habiendo sido despojados de toda propiedad
material o afectiva, solo queda el amor una vez desahuciado el desprecio. Solo
en los sueños aparecen los caminos de un solo sentido, donde nada tiene su
contrario y las cosas suceden de la única forma posible.
Despertar sin haber conseguido dormir, bajo el jeroglífico
indescifrable de las estrellas, sintiendo el amanecer como el crepúsculo, como
si todo hubiese cambiado en el relámpago de una noche y la belleza se
mantuviera inútil en su aparente inmovilidad.
Me alegro y me reconforta no haber hecho otra cosa diferente
a lo que hice, a lo que decidí en un momento de indecisión, y comprobar que ahora la obra está hecha, siendo los resultados de éxito o de penuria, las consecuencias se verán más tarde. Porque también lo que no se hace acarrea otras consecuencias.
Si hubiera dormido, habría soñado con cosas que jamás hubiese hecho. Ahora en ese estadio intermedio del subconsciente, me reconozco en el espejo vacío donde una vez vivió la imagen que se imponía sobre lo que una vez fui cuando soñaba.
Preciosa imagen, y tu texto me encanta.
ResponderEliminarSoñar una nueva esperanza.
Un beso.
Te entiendo más dormida que despierta y otras te comprendo medio adormilada, sea como fuere te sigo porque me gusta leerte, algo debe quedar en mi...
ResponderEliminarBesos fuertes,
tRamos
Me llevo unas cuantas ideas para reflexionar. Una: "... comprar solo las cosas importantes". Dos: "Todo lo que amamos porque no lo podemos poseer, lo despreciaríamos si lo tuviésemos...". Tres: "...habiendo sido despojados de toda propiedad material o afectiva, solo queda el amor una vez desahuciado el desprecio. Cuatro: "Me alegro y me reconforta no haber hecho otra cosa diferente a lo que hice, a lo que decidí en un momento de indecisión, y comprobar que ahora la obra está hecha, siendo los resultados de éxito o de penuria, las consecuencias se verán más tarde. Porque también lo que no se hace acarrea otras consecuencias."
ResponderEliminarMuy cierto, muy hondo y muy bello este despertar sin haber dormido.
Un fuerte abrazo.
Fer