LA GRAN BURBUJA
Como pompas de jabón, flotan en el aire nuevas burbujas que
se van inflando lentamente, hasta estallar sucesivamente destruyendo y
liberando todo lo que antes, con tanto trabajo, las fue formando.
Se habla de la burbuja inmobiliaria o de la burbuja
financiera cuando ya han explotado, creando gran desolación. Pero apenas se
ocupan los medios o las redes sociales de la prevención de estas explosiones de
las burbujas y mucho menos de controlar el peligroso hinchamiento previo.
Quizás la más dañina de estas explosiones está aún por
reventar. La burbuja social.
La nueva burbuja social se va cargando de odio, de penurias,
que ningún gobierno ha sido capaz de controlar y se va vaciando de paciencia.
Con estas tensiones internas, no tardará mucho en estallar la gran burbuja.
Se culpa a los débiles de los males endémicos de la
economía, se acusa a los pobres de vagos que pretenden vivir del subsidio, a
los inmigrantes del colapso de la seguridad social, a los funcionarios de la
mala gestión de las administraciones … y se adoptan medidas regresivas en
salarios y derechos conseguidos.
Cuando resulte muy descarado proclamar que en media España
han vivido, generaciones enteras del subsidio, se inventan nuevos fantasmas
anónimos, a quien culpar del colapso de las nuevas burbujas, como “los
mercados”, la especulación sin nombre propio, la banca, Europa, etc….
La inminente explosión de la gran burbuja social, depende de
la fina capa de paciencia que la recubre.
Si el gobierno, con sus indecisiones, sigue insuflando
presiones en el interior de la gran burbuja, acabará por estallar con
consecuencias inimaginables.
El futuro ha dejado de existir en las mentes y las
conciencias, demasiado ocupadas con el presente inmediato. Un nuevo golpe de
aire resquebrajará la materia de la que está hecha la paciencia y la gran
burbuja volverá a ser Nada.
Hace tiempo que huyó la risa, dejando sitio a la tristeza en
los corazones. Debemos reinventar la alegría y buscar la belleza, sin dejar que
la pobreza arruine las esperanzas.
Pues hagámoslo, querido Spaghetti: "Debemos reinventar la alegría y buscar la belleza, sin dejar que la pobreza arruine las esperanzas...". Cuanta verdad y cuanta dureza...
ResponderEliminarUn abrazo y una sonrisa.
Lo mismo me pregunto yo desde mi paradigma: ¿cuándo va estallar la burbuja social? A veces me pregunto cómo podemos ser tan mansos a pesar de que odio la violencia, pero nos violentan día a día y sólo ponemos la otra mejilla.
ResponderEliminarTal vez la burbuja social, al menos aquí en mi país, no revienta pero se convierte en un gas venenoso que pulula por los aires, que hace rato no son buenos aires...
Hay más búsqueda de escapes a través de las drogas, el abuso de alcohol de manera cada vez más precoz, el sexo sin sentimiento, como mera práctica escapista, la criminalidad y la violencia como respuesta a la indigna desigualdad social.
Entiendo tu planteo y tu preocupación y deseo que encuentren la alegría pérdida sin permitir que la pobreza material los haga pobres de espíritu.
Un abrazo.
Harto me tienen las quejas por la crisis, las mías y las de los demás. Por fin un punto de vista diferente. En mi opinión, las mejores cosas de este mundo no cuestan nada.
ResponderEliminarComo una sonrisa.
Un saludo.
Yo confío en que esa nueva alegría, esa sonrísa nueva en los corazones de todos y todas pronto la conseguiremos. Creo que una respuesta social que acabe con todo lo viejo no se va hacer esperar mucho.
ResponderEliminarGracias por esta entrada
Un beso
Me quedo con tu deseo genuino de reinventar la alegría.
ResponderEliminarCada día.
Besos
España se ha convertido en un país triste. Poca capacidad de autocrítica, mucha de crítica y demasiada pasividad ante lo que nos viene. ¿Estallará?
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