martes, 6 de marzo de 2012
Esperando al futuro
El tiempo presente, el que dicen que hay que "aprovechar", que no se puede perder, como si fuera moneda de cambio, pero nadie sabe cómo hacerlo y pasa sin darnos cuenta y desaparece rápidamente formando parte del pasado inmediato que se va alejando vertiginosamente, dejando una estela de enormes conocimientos que se van multiplicando exponencialmente.
Tan preocupados por la vida cotidiana, de la casa y del asfalto; nos falta ese tiempo necesario, ahora, para preparar un futuro que anuncia grandes cambios.
Los más prudentes emplean el tiempo presente para crear un pasado para mañana, que les sirva para recordar lo que hoy hicieron y sentir así, que la vida tiene el significado que le imprimieron sus obras.
Mientras, otros esperan el futuro como si una estrella les fuese a traer la solución de sus angustias, impotentes para provocar un cambio en su monótona existencia.
Mirando alrededor, pero sin dejarse llevar por profecías o asociaciones entre las mutaciones que se producen en otros lugares y en el propio; se puede comprobar la velocidad de los nuevos tiempos.
En el exterior del individuo todo se agita y conmueven los muertos por represiones tiránicas en las protestas, la sombra de la guerra que se cierne en el medio oriente con amenazas nucleares, bloqueos y hambrunas, la crisis económica mundial, el injusto reparto de la riqueza que entre todos hemos creado, la alternancia en la política que nadie quiere pero la sustenta, mientras en el sol se desatan tormentas galácticas y se advierten tremendas alineaciones planetarias llegando a provocar bruscos cambios en el clima y el ecosistema.
En el interior reina la calma, como una bola en un gran barco en medio de la tempestad, que apenas se mueve. Esperando el futuro en equilibrio, en paz y sonriendo ante la absurda representación de la comedia humana.
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Situarse en el centro de la tormenta y sentir la calma interior, es el estado perfecto para no ser derrotado por ella.
ResponderEliminarLa comedia humana, que no hace otra cosa que repetir y repetir, una y otra vez la misma función, a lo largo de los siglos y siglos...siempre lo mismo.
Un abrazo amigo
Si, es la repetición del cambio permanente pero dentro de los mismos esquemas, guerra, crisis, ciencia... presentación, nudo, desenlace ... mientras intentaremos representar dignamente el papel que hemos "elegido".
ResponderEliminarUn papel que el/los que dirigen la obra nos han dado y que en su día aceptamos sin más.
ResponderEliminarAhora la comedia se hace drama y el papel se nos queda enorme para lo pobres actores y actrices aficionados que somos...
Besos.
Acertaste en el rol del drama exterior, en la obra interior somos los protagonistas.
EliminarES justamente cuando está todo tan revuelto que debemos centrarnos en nosotros mismos y apelar a la calma interior. La centración en nuestro eje evita que nos volemos en el torbellino.
ResponderEliminarBesos
El mundo siempre ha estado revuelto, aunque cada vez nos sea más cercano e imprescindible. El peligro es contagiarnos y dejarnos llevar por estas aguas bravas.
EliminarExcelente entrada.
ResponderEliminarHay una cosa que me llama mucho la atención en el mundo actual: el exceso de llamadas para que te instales solo en el presente y así soluciones todos tus problemas psicológicos. Efectivamente, instalado en el presente quizá resuelvas algunas patologías. Pero provocarás otra.
Por eso pienso que somos una combinación imperfecta de tiempos pasados, presentes y futuros.
Efectivamente Pedro. No hay imperativo más absurdo que "Vive el presente"...¿que vamos a hacer si no lo vivimos? ...tanta insistencia hace sospechar de un absurdo aún mayor...que no hay futuro.
ResponderEliminar¿Y si lo que está dentro también bulle pero en sentido inverso a la tormenta que se desata en el universo?
ResponderEliminarNo puedo entender como,y a pesar de todo, la pasividad de muchos logra hacer naufragar el barco. No están definidas las metas, cada cual nada hacia el mar que más calienta y el resto se refugia en la constancia de que uno solo no puede hacer nada. De esta forma todo se dispersa y nada se aclara y se sueña con un despertar mañana...Habrá que aprender a sembrar para recoger pues... mañana.
Besos.
Pienso que lo que se mueve fuera, quieras que no, de una u otra forma, remueve también el "adentro".
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes.
Estar en el ojo del huracán sabiendo que en cualquier momento su fuerza nos devorará y destrozado nos escupirá.
ResponderEliminarBuen finde
Un beso