Hoy ha sido ejecutado Troy Davis en Estados Unidos.
Los ciudadanos americanos pagaron con sus impuestos a los verdugos (cada ejecución ronda los 2 millones de dólares), son cómplices de un nuevo "homicidio legal", pero estos serán absueltos de su crimen porque la pena de muerte fue reinstaurada en 1976 en la mayor parte de los estados y no hay un tribunal internacional que juzgue los asesinatos legales.
Países que proclaman el derecho fundamental a la vida, asesinan a sus súbditos impunemente.
No es nuevo el debate, pero siempre que se practique una ejecución legal, se abre la puerta a las conciencias ciudadanas para preguntarse si debemos terminar con la pena de muerte o tendremos que cargar con esa responsabilidad de cómplices mientras nada cambie.
jueves, 22 de septiembre de 2011
miércoles, 14 de septiembre de 2011
La Enferma
He conocido a una enferma. Aparentemente se encuentra perfectamente y su comportamiento es normal en una mujer atractiva que viste modelos exclusivos de Oscar de la Renta.
Nadie que la tratase se daría cuenta de su enfermedad, dentro de lo que puede significar una personalidad algo excéntrica y muy llamativa para algunos. Siempre con una sonrisa de perfecta dentadura.
Ni yo mismo me hubiera percatado de que algo no funcionaba en su interior aún después de compartir confidenciales secretos, hasta que una noche, después de una opípara cena entre las columnas del Alain Ducasse de Manhattan, me invitó a subir a su apartamento en el Sky House condominium. Desde los amplios ventanales se podían contemplar los míticos rascacielos de New York y una majestuosa perspectiva del río Hudson. Podía uno pasarse las horas muertas contemplando el movimiento incesante de "la ciudad que nunca duerme" como quien mira extasiado el fuego delante de la chimenea.
Después de un silencio reparador y una botella de Pinot Noir, tuve la emergencia de usar su cuarto de baño donde empecé a notar que algo era diferente.
Al principio pensé que eran los efluvios del vino los que distorsionaban mi imagen en el espejo, pero no estaba tan ebrio para darme cuenta de que eran unos espejos con cierta curvatura cóncava, que reflejaba una imagen más estilizada, del tipo de los espejos mágicos de las ferias. No lo dí demasiada importancia si no fuese porque mi curiosidad me llevó a investigar otras cosas, que para un hombre son misterios, en el cuarto de baño de una mujer. Inconscientemente me subí a la báscula y vi con sorpresa que había bajado unos doce kilos desde la última vez que me pesé. Pero enseguida comprendí, que la báscula había sido manipulada y que indicaba un peso notoriamente inferior al peso real.
Nadie que la tratase se daría cuenta de su enfermedad, dentro de lo que puede significar una personalidad algo excéntrica y muy llamativa para algunos. Siempre con una sonrisa de perfecta dentadura.
Ni yo mismo me hubiera percatado de que algo no funcionaba en su interior aún después de compartir confidenciales secretos, hasta que una noche, después de una opípara cena entre las columnas del Alain Ducasse de Manhattan, me invitó a subir a su apartamento en el Sky House condominium. Desde los amplios ventanales se podían contemplar los míticos rascacielos de New York y una majestuosa perspectiva del río Hudson. Podía uno pasarse las horas muertas contemplando el movimiento incesante de "la ciudad que nunca duerme" como quien mira extasiado el fuego delante de la chimenea.
Después de un silencio reparador y una botella de Pinot Noir, tuve la emergencia de usar su cuarto de baño donde empecé a notar que algo era diferente.
Al principio pensé que eran los efluvios del vino los que distorsionaban mi imagen en el espejo, pero no estaba tan ebrio para darme cuenta de que eran unos espejos con cierta curvatura cóncava, que reflejaba una imagen más estilizada, del tipo de los espejos mágicos de las ferias. No lo dí demasiada importancia si no fuese porque mi curiosidad me llevó a investigar otras cosas, que para un hombre son misterios, en el cuarto de baño de una mujer. Inconscientemente me subí a la báscula y vi con sorpresa que había bajado unos doce kilos desde la última vez que me pesé. Pero enseguida comprendí, que la báscula había sido manipulada y que indicaba un peso notoriamente inferior al peso real.
Yo seguia curioseando entre los cientos de frascos, drogas y potingues que había, en aparente desorden, en cajones y estanterías, cuando ella empujó la puerta que yo no había cerrado y me preguntó con ironía mal disimulada: ¿Vas a hacerte la manicura a estas horas? …........
martes, 13 de septiembre de 2011
Tiempos convúlsos
Eran tiempos de gran agitación política y económica.
Las gentes se rebelaban contra sus gobiernos en todos los países, como si una fuerza sobrenatural los hubiera puesto de acuerdo al mismo tiempo.
Los dictadores se revolvían de sus tronos causando grandes masacres entre su propio pueblo que terminaba por eliminarlos.
La desconfianza en el poder se fue trasladando a todas sus instituciones. Los bancos fueron acusados de provocar el desconcierto financiero y la justicia, en la que ya nadie creía, tuvo que sentenciar en su contra.
Las bolsas internacionales se desplomaron. Las grandes empresas cerraban una tras otra y el número de desempleados crecía cada día. El dinero corría asustado de un país a otro sin encontrar sosiego.
Se proponían soluciones precipitadas pero ineficaces para contener una ola gigantesca de desolación y hastío. Los gobiernos se unían en tensas coaliciones de países diferentes para encontrar una salida o una regresión a cualquier tiempo del pasado en el que todo fue mejor.
La banca aumentó sus intereses para no renunciar a sus históricos beneficios proporcionados por la usura, pero los clientes empezaron a retirar sus ahorros por pura necesidad y poco a poco las transacciones empezaron a evitar a los gestores para ser realizadas privadamente en dinero efectivo.
El mundo se hacía cada vez más pequeño. El margen de acción de los comerciantes se reducía drásticamente por momentos, las mercancías escaseaban y amenazaba el fantasma del hambre en occidente.
La policía no podía atender todos los casos y los disturbios aumentaban vertiginosamente. Se atracaba con violencia desmedida a cualquiera con cara de tener dinero, por ir bien afeitado o por tener los cuellos de la camisa demasiado limpios.
Los bancos cerraron sus puertas y los ahorros de los que no pudieron rescatarlos a tiempo, quedaron sepultados para siempre.
Había que construir un nuevo mundo urgentemente ...
Las gentes se rebelaban contra sus gobiernos en todos los países, como si una fuerza sobrenatural los hubiera puesto de acuerdo al mismo tiempo.
Los dictadores se revolvían de sus tronos causando grandes masacres entre su propio pueblo que terminaba por eliminarlos.
La desconfianza en el poder se fue trasladando a todas sus instituciones. Los bancos fueron acusados de provocar el desconcierto financiero y la justicia, en la que ya nadie creía, tuvo que sentenciar en su contra.
Las bolsas internacionales se desplomaron. Las grandes empresas cerraban una tras otra y el número de desempleados crecía cada día. El dinero corría asustado de un país a otro sin encontrar sosiego.
Se proponían soluciones precipitadas pero ineficaces para contener una ola gigantesca de desolación y hastío. Los gobiernos se unían en tensas coaliciones de países diferentes para encontrar una salida o una regresión a cualquier tiempo del pasado en el que todo fue mejor.
La banca aumentó sus intereses para no renunciar a sus históricos beneficios proporcionados por la usura, pero los clientes empezaron a retirar sus ahorros por pura necesidad y poco a poco las transacciones empezaron a evitar a los gestores para ser realizadas privadamente en dinero efectivo.
El mundo se hacía cada vez más pequeño. El margen de acción de los comerciantes se reducía drásticamente por momentos, las mercancías escaseaban y amenazaba el fantasma del hambre en occidente.
La policía no podía atender todos los casos y los disturbios aumentaban vertiginosamente. Se atracaba con violencia desmedida a cualquiera con cara de tener dinero, por ir bien afeitado o por tener los cuellos de la camisa demasiado limpios.
Los bancos cerraron sus puertas y los ahorros de los que no pudieron rescatarlos a tiempo, quedaron sepultados para siempre.
Había que construir un nuevo mundo urgentemente ...
martes, 6 de septiembre de 2011
Vivir en tiempo real
Cada mañana hacía autoestop en la animada carretera que llevaba directamente al trabajo en la isla.
Levantaban el ánimo estos cálidos amaneceres de los mares del sur, con el aroma húmedo y dulzón de las plantas tropicales que nunca supo identificar.
Pronto se detuvo un auto guiado por una mulata de deslumbrante sonrisa que le invitaba a subir y así lo hizo. En el corto trayecto conversaron animadamente y al despedirse le regaló una bolsa cargada de zikak, una fruta de la isla de color rosáceo por fuera. - ¿a qué sabe? - le preguntó él ...- a zikak- respondió la chica y añadió riendo..-¿a que sabe una naranja? ... no sé decirte ... es dulce, tienes que aplastarla un poco con los dedos, el interior es blanco cremoso y tiene una pepita algo más grande que una oliva, tienes que probarla y sabrás más.- y allí mismo le dió un bocado a la fruta mientras el coche se alejaba en el polvo. Era un sabor desconocido de una baya que raramente se encuentra en los exigentes supermercados occidentales donde se exponen frutos transgénicos bañados de cera y con aspecto inmaculado. Pero en la isla, la fruta es algo mágico que cambia de color y de tamaño a su antojo en el árbol.
Que diferencia con el mundo de papel y plasma de donde procedo- se decía- donde los paisajes, animales, frutas, y viajes, se ven en solo 2 dimensiones, en fotografías o en películas. Los paisajes no vienen en los mapas, hay que descubrirlos y en las fotos no se siente el olor del aire ni el sonido de los torrentes. Puede ser que cada vez estemos mas alejados de la naturaleza.
A la mañana siguiente, salió a la carretera medio adormilado aún, después de dejar hermosos sueños entre las sábanas. Enseguida paró un panadero, tenía un olor delicioso en la furgoneta. Eran las 7:30 pero ya había terminado su jornada de trabajo, se había levantado a media noche, estaba contento por tener todo el día por delante, sin prisas hasta el anochecer. Hablaba con una alegría contagiosa y decía que la isla era mágica porque plantabas una semilla y crecía y crecía sola y daba gracias a la tierra y al sol y a la lluvia por relacionarse tan íntimamente.
Por las tardes le acercaba a la casa, en su coche, un compañero del trabajo. En el trayecto hablaron del zikak y de otras plantas de las que solo recuerda el nombre pero no sabría cómo escribirlo. Pero al conductor solo le interesaban aquellas de las que se podría obtener un licor de los que nublan el entendimiento, y eran muchas.
Al llegar a casa se despidieron y se dió cuenta de haber olvidado las llaves en el asiento del coche.
Rodeó la casa y comprobó que alguien había destrozado la ventana de la cocina para colarse dentro.
Estaba todo revuelto aunque poco robaron a quien vive con poco... aún así le dejaron el saxo y la concertina y en ese momento le invadió la sensación de estar solo.
Levantaban el ánimo estos cálidos amaneceres de los mares del sur, con el aroma húmedo y dulzón de las plantas tropicales que nunca supo identificar.
Pronto se detuvo un auto guiado por una mulata de deslumbrante sonrisa que le invitaba a subir y así lo hizo. En el corto trayecto conversaron animadamente y al despedirse le regaló una bolsa cargada de zikak, una fruta de la isla de color rosáceo por fuera. - ¿a qué sabe? - le preguntó él ...- a zikak- respondió la chica y añadió riendo..-¿a que sabe una naranja? ... no sé decirte ... es dulce, tienes que aplastarla un poco con los dedos, el interior es blanco cremoso y tiene una pepita algo más grande que una oliva, tienes que probarla y sabrás más.- y allí mismo le dió un bocado a la fruta mientras el coche se alejaba en el polvo. Era un sabor desconocido de una baya que raramente se encuentra en los exigentes supermercados occidentales donde se exponen frutos transgénicos bañados de cera y con aspecto inmaculado. Pero en la isla, la fruta es algo mágico que cambia de color y de tamaño a su antojo en el árbol.
Que diferencia con el mundo de papel y plasma de donde procedo- se decía- donde los paisajes, animales, frutas, y viajes, se ven en solo 2 dimensiones, en fotografías o en películas. Los paisajes no vienen en los mapas, hay que descubrirlos y en las fotos no se siente el olor del aire ni el sonido de los torrentes. Puede ser que cada vez estemos mas alejados de la naturaleza.
A la mañana siguiente, salió a la carretera medio adormilado aún, después de dejar hermosos sueños entre las sábanas. Enseguida paró un panadero, tenía un olor delicioso en la furgoneta. Eran las 7:30 pero ya había terminado su jornada de trabajo, se había levantado a media noche, estaba contento por tener todo el día por delante, sin prisas hasta el anochecer. Hablaba con una alegría contagiosa y decía que la isla era mágica porque plantabas una semilla y crecía y crecía sola y daba gracias a la tierra y al sol y a la lluvia por relacionarse tan íntimamente.
Por las tardes le acercaba a la casa, en su coche, un compañero del trabajo. En el trayecto hablaron del zikak y de otras plantas de las que solo recuerda el nombre pero no sabría cómo escribirlo. Pero al conductor solo le interesaban aquellas de las que se podría obtener un licor de los que nublan el entendimiento, y eran muchas.
Al llegar a casa se despidieron y se dió cuenta de haber olvidado las llaves en el asiento del coche.
Rodeó la casa y comprobó que alguien había destrozado la ventana de la cocina para colarse dentro.
Estaba todo revuelto aunque poco robaron a quien vive con poco... aún así le dejaron el saxo y la concertina y en ese momento le invadió la sensación de estar solo.
jueves, 1 de septiembre de 2011
La Fauna del Mito
Eterno como una noche de insomnio
el vuelo se detiene al fin
de regreso al punto de partida.
Si mirase atrás, solo vería el fragor de una chispa evanescente
que es el presente,
un momento que se da a la fuga.
Después de vivir un sueño
de unicornios, hipocampos y sagitarios,
equinos de fantasía, recuerdos que nunca duermen.
Vírgenes y vestales perseguidas por faunos y dioses lujuriosos,
con el poder del rayo o con los pies alados.
Se exponen en el mercado
los despojos chorreantes
de la memoria, el deseo ajado.
Uno sabe que es más viejo
cuando se encuentra más cerca
del final que del principio,
cuando los recuerdos superan a los proyectos.
cuando se nublan los espejos,
cuando los amantes se ocultan
en los rebaños de Argos
mortificados por los celos del Tábano.
Mientras la Noche, madre de Eros e Imeros,
sepulta con su colcha de estrellas,
al amor y al deseo.
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